Si hablamos de las Ferias de Ciudad Real es imposible separarlas de la Virgen del Prado, ya que la Feria y Fiestas de la capital se hacen en torno a la patrona y toda la vida de la ciudad gira en torno a este símbolo religioso desde el año 1088. El inicio es la bajada de la imagen del Camarín como preparación del día 15 de agosto, la gran festividad. Un día que no sólo es importante para los habitantes de la ciudad, sino para muchas personas de la comarca que acudían ese día a la procesión. Sin embargo todos sabemos que la Feria es mucho más. Lo fue antes, lo es hoy y, sin ninguna duda, lo será dentro de muchos años.

La Feria siempre se ha celebrado coincidiendo con la festividad de la Asunción de la Virgen, particularizando en este caso en la Virgen del Prado. Desde que hay memoria, y hasta 1916, la feria se celebraba en el propio centro de la ciudad. No había ningún recinto ferial y eran la Plaza Mayor y la del Pilar las que copaban el protagonismo, así como los Jardines del Prado y sus calles adyacentes. Era en estos lugares en los que se instalaban los puestos de venta, ya que no hay feria que se precie en la que estos no estén presentes, tanto para chicos como para grandes, así como las diversas atracciones mecánicas, cuyo símbolo siempre fueron “los caballitos”.

La Feria de Ciudad Real siempre ha empezado el 14 de agosto y siempre destacó también por sus importantes festejos taurinos pese a no contar con plaza de toros estable. Esto obligaba a que las corridas se celebrasen en la Plaza Mayor que se convertía, de forma rápida y efectiva, en coso taurino cuadrado, mientras los toros se guardaban en un recinto vallado de la calle Caballeros.

Con el paso de los años, según crecía la población y por diversas reformas urbanísticas, estos espacios se fueron quedando pequeños y se empezó a pensar en la necesidad de trasladar la Feria a otro sitio más amplio, lo cual no dejó de sembrar la correspondiente oposición entre los sectores más tradicionalistas de la capital, que siempre los ha habido.

El momento se presentó en el año 1916 cuando se decide trasladarla al reciente mente inaugurado Parque Gasset. En este nuevo recinto pronto se hizo famosa la Talaverana con su quiosco de música, para, ya pasada la Guerra Civil, aumentar aún más fama por sus espectaculares bailes que en ella se realizaban y que todavía perdura en la memoria de los que ya pasan de los 60 años.

Última Batalla de Flores

Durante las fiestas de la capital, y desde los años 40 del siglo XX, el día 16 de agosto fue considerado como el Día de la Provincia, celebrándose por la tarde la Batalla de Flores y, por la noche, una fastuosa Cena de gala. La batalla de flores se celebró por última vez en el año 1990. En este último año, aparte de las carrozas, participó un ballet compuesto de bailarinas cubanas llamado La Tropicana, que causo la admiración de todos los que presenciaron el desfile.

Pero la batalla de flores en los últimos años había degenerado un poco, y se había convertido en una verdadera batalla campal de agua, sobre todo en la Avenida del Rey Santo.

Durante muchos años la Batalla de Flores fue organizada por el Gobierno Civil, para pasar posteriormente a ser organizada por la Diputación Provincial. Con la llegada de los socialistas a la institución provincial, estos dejaron de apoyar la celebración de este día en la capital, por lo que el Ayuntamiento capitalino se hizo cargo de la organización de este día. Además durante los últimos años se eliminaron los premios y la participación de pueblos fue decayendo.

El ayuntamiento de Ciudad Real acordó en agosto de 1991 su supresión argumentando la poca participación de pueblos de la provincia en el mismo. Las peñas de la ciudad protestaron por la eliminación y mantuvieron una reunión con el consistorio ofreciendo la organización de un desfile con al menos 14 carrozas. Al final el ayuntamiento se negó y las peñas organizaron una comitiva que simulaba el entierro de la Batalla de Flores, que terminó en una batalla campal de agua en la Avenida del Rey Santo.

Feria de Ciudad RealSin Feria de Día

Así llegamos a una tercera etapa que llega como consecuencia del deterioro que se estaba produciendo en el Parque de Gasset, arboleda que funciona como auténtico pulmón de la ciudad, y que se decide, bajo el mandato del alcalde Lorenzo Selas, realizar el traslado de todas las actividades y atracciones al actual recinto ferial, en La Granja. Esto en cuanto a sus tres ubicaciones, porque pese a que la feria, a lo largo de los años, y podemos hablar de cientos, ha mantenido el mismo esquema, sí es verdad que se han producido algunos cambios importantes en su concepto a lo largo del tiempo.

El último, e importante para muchas personas que aún la recuerdan, fue la desaparición de la feria de día al trasladarla al actual recinto ferial. El motivo de tal desaparición fue, sobre todo, por la falta de protección ante el excesivo calor que acompaña estos días del mes de agosto, protección que en el parque de Gasset daban los árboles.

La desaparición de la feria de día (las atracciones abrían sobre las 11 de la mañana, así como las casetas, tómbolas y chiringuitos) se intentó compensar, en los últimos años, con la puesta en marcha del baile del vermú en la carpa de la Plaza Mayor que, sumado a la actividad del Torreón y a los festejos taurinos, hace que desde las 12 de la mañana Ciudad Real esté activa hasta bien entrada la madrugada, ya que el recinto ferial empieza a moverse sobre las 8 de la tarde y se prolonga hasta el amanecer.

Los bailes

Volviendo un poco sobre nuestros pasos es importante mencionar los dos bailes que tradicionalmente se celebraban, el de los ricos en el Casino, y el de la Ferroviaria en un espacio del antiguo colegio Ferroviario. Posteriormente La Talaverana vino a sustituir al baile del casino, convirtiéndose en un baile para las clases sociales más acomodadas. Para compensar, y por parte de los menos pudientes, se celebraban verbenas populares, entre otros sitios en torno al templete (el antiguo) de los jardines del Prado.

De todas formas es importante destacar que esta feria, al igual que la mayoría de las que se celebran en nuestros pueblos, son distintas a lo que se hace en otras regiones, en el sentido de que se celebra mucho de noche y poco de día. Y esto, como se ha indicado antes, se acentuó con el traslado al actual recinto ferial. En Pamplona por los Sanfermines, o en muchas ciudades de Andalucía, la gente “se va a vivir” a la feria, cosa que aquí no ocurre.

Texto y fotos: Esta información ha sido elaborada por Ayer&hoy con la ayuda y aportaciones de textos y fotos de Emilio Martín Aguirre y Rafael Cantero