Escocia es un país verdaderamente hermoso y mágico, con una rica cultura y unos paisajes espectaculares, dentro de los cuales destaca una gran cantidad de lagos, y preciosos castillos. El más famoso es, sin dudas, el lago Ness, conocido en el mundo entero por su famoso monstruo.

El Lago Ness está ubicado en la Higlands en medio de una falla que contiene otro par de pequeños lagos unidos por el Canal de Caledonia. El Lago Ness tiene una longitud de 39 kilómetros y un ancho de kilómetro y medio aproximadamente. Es el segundo de mayor superficie en Escocia por su gran profundidad que supera los 200 metros, y es el que tiene mayor volumen de agua.

Junto a este espectacular lago existen varios pueblos pequeños que viven de la actividad turística y que son realmente bonitos. Además, junto al lago podemos disfrutar de las hermosas ruinas del Castillo de Urquhart, en la orilla oeste, a 3 kilómetros del pueblo de Drumnadrochit. Cuenta con un Centro de Visitantes, el cual tiene en su interior una tienda de suvenires y un pequeño café además de una sala de proyecciones en donde se puede asistir a una presentación multimedia de una duración aproximada de 10 minutos que nos servirá como una excelente introducción a la visita.

Otra de las atracciones de las que podremos disfrutar en el Lago Ness es el recorrido en barco por sus aguas. Las excursiones en barco varían desde un sencillo crucero de 1 hora hasta la excursión de 6 horas, la cual incluye visitas a distintos lugares del lago. En estos cruceros te ofrecen como un atractivo turístico el poder descubrir objetos extraños en las profundidades del lago por medio de un sonar, de forma que con un poco de suerte hasta podamos descubrir al monstruo del Lago Ness.

Saint Andrews

Una de las ciudades más bellas de Escocia es Saint Andrews, en la costa de Fife. Es, además, una de las más antiguas del país, y se encuentra a una hora y media en coche desde Edimburgo. Merece totalmente la pena recorrer las impresionantes ruinas de su catedral, perderse por las callejuelas del casco antiguo o sentirse como en una película en la famosa playa por la que corrían descalzos los protagonistas de Carros de Fuego.

Las impactantes ruinas de su catedral se recortan contra el cielo y con el mar como telón de fondo formaron, en su día, parte de la mayor catedral de Escocia.

La entrada al complejo es gratis y se puede pasear entre las tumbas desperdigadas por el cementerio que se encuentra a sus pies.

También se puede subir a la Torre de St. Rules (en este caso sí que hay que pagar) y disfrutar de unas vistas de impresión sobre la ciudad.