Afincada en una localidad de Valencia, rodeada de naturaleza, la ciudadrealeña Helena Barquilla Panadero presume de llevar una vida plena tras bajarse de las pasarelas y haber sido la primera española reconocida como top model internacional haciendo desfiles de grandes genios de la costura como Dior, Prada o Yves Saint Laurent. Inmersa ahora en la formación de terapias alternativas, Helena transmite los beneficios de sentir y expresar nuestras emociones con el cuerpo. En primavera dará un curso en Ciudad Real.

“Sería justo para las mujeres que la belleza tuviera diferentes cánones”

Pregunta.- ¿Qué ha sido de Helena Barquilla desde que era portada de las mejores revistas de moda y desfilaba en las pasarelas? ¿Le ha tratado bien la vida?

Respuesta.- No me puedo quejar, me siento afortunada y satisfecha con la vida que tengo, el camino que he elegido ha sido una decisión personal. En la moda llegó un punto en el que tenía mucho estrés y ansiedad, es una faceta de la modelo de la que no se habla pero que la inmensa mayoría termina con este problema, sobre todo si eres modelo internacional, vas de un país a otro, de un continente a otro, de un día para otro…, es agotador, llegó un momento en el que estaba muy cansada y decidí dejarlo. Me gusta la belleza y la estética pero que el mundo de la moda fuera mi modo de vida como han hecho otras compañeras que siguen trabajando, no, tenía ganas de hacer otras cosas y fue lo que hice.

P.- ¿Y cuál ha sido ese camino?

R.- Tenía el sueño de viajar por el mundo para conocer otras culturas. Estando en Latinoamérica me fascinó Perú y me quedé una temporada, luego vi que había una Universidad con estudios de Antropología muy buenos y decidí probar, al final aguanté hasta terminar la carrera. Mientras tanto, recuperé el contacto conmigo misma, allí nadie me conocía, estaba en contacto con la naturaleza… Antes de viajar, cuando vivía en Inglaterra, había empezado a practicar terapias alternativas, como medicina china, masajes, yoga… También descubrí un modo de meditación dinámica, que se llama 5 ritmos, donde el baile y el movimiento, que me han fascinado, juegan un papel importante. Desde Perú viajaba a EE.UU. donde surgió este movimiento y comencé a formarme en esta danza mientras terminaba la carrera de Antropología.

P.- Pero, ¿qué tiene ese movimiento de 5 ritmos que no tiene otro tipo de meditación, son mayores los beneficios?

R.- Todas las prácticas tienen sus beneficios, lo que ocurre es que no todas las personas se sienten estimuladas o interesadas en ellas. Los 5 ritmos ponen la atención en el movimiento del cuerpo. El cuerpo expresa lo que sentimos y le inducimos al movimiento a través de la música y algunas pautas. Lo primero que se logra es desinhibirse uno mismo, también disolver modos o maneras de comportamiento social, llegar ahí es un proceso muy liberador. Los beneficios de los 5 ritmos son múltiples. Es buenísimo para las articulaciones, también existen estudios científicos que indican la generación de neuronas, de circuitos neuronales gracias al movimiento, a la improvisación y a la creatividad que se potencian. La relación que tenemos hoy en día con nuestro cuerpo no es muy buena, pasamos la mayor parte del tiempo en la cabeza y nos olvidamos de sentir las emociones, el cuerpo; moverlo con conciencia hace más evidente las sensaciones y no estar constantemente en la cabeza, pegados al móvil… Ahora están surgiendo este tipo de prácticas por una necesidad de volver al cuerpo.

P.- Entonces imparte esos cursos pero eso requiere una formación previa, ¿no?…

R.- Son varios años hasta que vas incorporando toda la técnica, llevo en total 4 años para reunir todos los requisitos. Estoy muy contenta porque personalmente me siento plena haciéndolo y luego, porque veo a gente que le hace mucho bien. Ahora esto me ha llevado también a hacer la formación de terapia Gestalt, que es un modo de terapia humanista en la que también se trabaja mucho con las emociones, y dentro del campo psicoemocional, también me he formado en mindfulness, meditación sedente, es un proceso de aprendizaje en el que te das cuenta que cuando trabajas con personas, todas las herramientas son buenas.

P.- ¿Qué finalidad persigue con otro proyecto que tiene en marcha, SheMoves?

R.- Se trata de asistencia a las mujeres para que tomen contacto con su cuerpo y trabajen su autoestima desde lo corporal. Hoy en día existe mucha autocrítica por la cultura y otros factores. Con SheMoves se pone el foco en la relación con el cuerpo desde el sentir, no desde la imagen, es un modo de potenciar la feminidad desde el cuerpo. Sobre todo, es experimentar la belleza desde dentro.

P.- ¿Echa de menos subirse a una pasarela o algún aspecto de ese trabajo?

R.- Para mí era un modo de comunicación importante pero sobre todo era como un arte, por lo que me responsabilizaba mucho de hacerlo bien, que todo estuviera impecable, porque sabía las horas que había detrás. Fui modelo de pruebas de Manuel Piña, que me introdujo en la moda y vi todo el proceso de confección de una prenda. La puesta en escena son 20 segundos pero cómo lo presenta y lo transmite la modelo es muy importante. Al principio me imponía bastante ser el foco de atención, pero cuando vas cogiendo experiencia, adquieres seguridad y acabó gustándome esa sensación de comunicación directa con el espectador, era una relación muy bonita, también la música…

P.- ¿Sigue vinculada con la moda?

R.- Di un giro bastante radical porque me di cuenta de que no me interesaba tanto. Me gusta la ropa bonita pero desde chica me ha gustado tener mi propio estilo. Sí es cierto que puedo utilizar alguna tendencia de moda para algún look, pero me gusta ir cómoda y cada vez tiendo más hacia la simplicidad. Aunque suene extraño, cada vez me interesa menos la moda (sonríe).

P.- ¿Qué le parece el estereotipo de mujer que transmiten las modelos de hoy en día?

R.- Fatal, por la excesiva delgadez, por la inexpresividad, su fisonomía transmite que están como agotadas, desvitalizadas y no le encuentro la gracia a esto, porque se debería promover la salud y, sobre todo, dar espacio a las diferentes tipologías de mujeres. Ahora más que nunca se están reivindicando los derechos de la mujer y por qué no materializarlo en los estereotipos de la moda o del cine. Modelos top como Naomi Campbell, Claudia Schiffer o Linda Evangelista adquirieron tal envergadura mediática que la gente iba a verlas y no a la ropa, creo que ha sido por eso. Pero sería justo para todas las mujeres que la belleza tuviese diferentes modelos.

P.- Hablaba antes de Manuel Piña, ¿qué recuerdos guarda de él?

R.- Manuel Piña fue mi maestro, era una persona con muchísima fuerza, con un carisma impresionante, era un hombre muy tierno, le encantaba ver a la mujer guapa, adoraba a su madre. La relación con él fue desde el principio, él me vio en Ciudad Real y me dijo que tenía posibilidades, me fui con él a Madrid, aprendí muchísimo y nos hicimos muy amigos, para mí siempre será una de las personas más importantes de mi vida.

P.- ¿Qué le parece que el Ayuntamiento de Manzanares le haya dedicado un espacio museístico?

R.- Fenomenal, porque ha representado un momento de la moda muy importante y Manuel Piña fue un referente. Entonces qué menos que darle ese espacio. Visité el museo y tienen prendas que son verdaderas esculturas, obras de arte.

P.- La vuelta a sus raíces siempre ha sido una constante en su vida, ¿qué le gusta hacer cuando viene?

R.- Me gusta mucho venir a Ciudad Real, tengo a mis padres aquí, mucha familia. Intento venir una vez al mes. Me encanta quedar con los amigos y tomar unos vinitos en la plaza, dar un paseo por el campo, quedar en algún parque para charlar con los amigos, pero tranquilita.

P.- A lo largo de toda su carrera, desde las instituciones de Ciudad Real, ¿se ha sentido suficientemente reconocida siendo como fue embajadora de Ciudad Real de algún modo en el mundo?

R.- Me he sentido siempre muy apoyada y querida desde el ámbito institucional, de hecho creo que he sido yo la que me he apartado de estar un poco más activa. Cuando me retiré de la moda buscaba el anonimato, pero siempre me han apoyado muchísimo en la provincia, estoy agradecida y contenta de ello.

P.- ¿Cómo ve Ciudad Real ahora?

R.- No la veo tan cambiada, se ha modernizado, ha crecido, está mejor comunicada, pero siento que los rasgos del ciudadrealeño vienen a ser los mismos, una persona llana y sencilla en el trato.

Texto: Oliva Carretero Ruiz. Foto: © Helena Barquilla