Mallorca es la más grande y variada de las Islas Baleares. Con un clima muy benigno en ella podemos encontrar, en menos de 100 kilómetros, lo mejor del mar y, también, de la montaña.

Palma de Mallorca es la capital de la isla y contiene un gran número de atractivos para el viajero ya sea por su cultura, su historia o su famosa vida nocturna. El centro de la ciudad está formado por un conjunto de calles estrechas que se pierden entre los muros de antiguas edificaciones, de tal forma que al pasear entre ellas, el viajero respira su historia y cultura al instante.

La catedral es un ejemplo de la arquitectura gótica del Mediterráneo y se encuentra situada en el casco antiguo, siendo la principal atracción arquitectónica que ver en Palma. En su interior destaca la Puerta del Mirador, la capilla de la Trinidad y el Museo Gótico. También hay una capilla decorada por el artista Miquel Barceló. Constituye el monumento más emblemático y de fe de toda la isla para los mallorquines. Está abierta en horas de culto.

Otro importante monumento es el Castell de Bellver, castillo que se levanta en la Bahía de Palma en medio de un bosque de pinos. Fue construido por Jaume II en el siglo XIV. Posee un majestuoso patio central rodeado de cuatro torres en forma cilíndrica. Sin duda, la vista que ofrece desde sus almenas es una de las mejores que ver en Mallorca.

Pero Mallorca no es sólo su capital. Si somos amantes de la espeleología, en esta isla nos encontramos en un lugar privilegiado. Las cuevas y las simas son muy abundantes de forma que podremos visitar las “Coves del Drach, y dels Hams” en Manacor; las del Campanet, en el pueblo del mismo nombre; las de Artà en el “Cap Vermell”, en Capdepera.

Finalmente entre las muchas actividades que podemos hacer en Mallorca se encuentra el pasear y explorar calas y espacios naturales abiertos. Andratx es uno de los principales municipios costeros de la isla. En su término municipal abundan las pequeñas calas, junto a grandes acantilados y cuatro islotes, entre los que destaca “Sa Dragonera”, declarado Parque Natural en 1995. Contar con más de 300 playas ha hecho de la isla de Mallorca el lugar preferido para millones de personas, en especial, aquellas que desean sol, mar y playa. En Mallorca las playas son de fina arena blanca, aguas cristalinas y muy buenas temperaturas, además de excelentes servicios. Playas imprescindibles para visitar son las de Can Pastilla, que está unida a la Playa del Arenal, Cala Major, Cala Estancia, Playa Formentor, y Es Trenc. Cerca de esta última está la playa de Sa Rápida, mayoritariamente frecuentada por gente de la isla. Lo recomendable es llevarse un tupper y un buen libro y disfrutar de la tranquilidad y el sonido del mar al atardecer con la playa vacía y el sol escondiéndose tras el puerto.

Recomendación: Ensaimada y más

Con tanto que ver en Mallorca, seguro que se nos abrirá el apetito. La particular gastronomía de la isla es el resultado de una compleja historia y de las distintas civilizaciones que conquistaron la isla, además de ser un delicioso reflejo del clima, la tierra y la historia de la isla. Platos típicos y únicos son la ensaimada, las sopas mallorquinas, la leche de almendras, el licor de hierbas mallorquinas, el Palo (un aperitivo muy isleño) y la sobrasada, entre otros muchos manjares característicos de las distintas localidades de la isla. Uno de ellos es el “Arroz brut”, un arroz caldoso y muy especiado al que se le incorporan carnes (habitualmente aves y caza) y verduras de temporada. El plato admite variaciones, por lo que lo podréis encontrar también con caracoles o sobrasada, por ejemplo. El nombre del arroz, brut, que en mallorquín significa sucio, viene precisamente por la abundante mezcla de ingredientes que «ensucian» el caldo.

Y para finalizar “Quartos embetumats”, un postre típico de Palma de Mallorca del que hay constancia de que ya se elaboraba en el siglo XIX. Se trata de un bizcocho muy ligero y esponjoso, relleno de yema confitada y recubierto de merengue o chocolate.