Con 87.238.193 botellas (de 0,75 cl) es decir, un 7,4 % de incremento (6.019.893 botellas más) con respecto al ejercicio pasado de 2016, donde se alcanzaron las 81.218.300 precintas de garantía (tirillas o contraetiquetas), los vinos con Denominación de Origen La Mancha continúan su progresión ascendente de los últimos años, ya que hay que tener en cuenta que en 2010 la comercialización total era de 55,6 millones de botellas, por lo que el crecimiento acumulado de estos últimos siete años casi alcanza el 57 por ciento.

A falta de cerrar definitivamente el porcentaje de las exportaciones, los datos finales en la petición de contraetiquetas por parte de las bodegas manchegas mantienen la línea muy positiva, ya que prácticamente se ha registrado un aumento en todos los tipos de vinos, reflejando las tendencias de consumo de mercado.

Parece evidente que las preferencias actuales del nuevo consumidor se decantan por vinos de perfil más afrutado, lo que se refleja en el claro predominio de los vinos jóvenes y tradicionales en el caso de La Mancha, con un volumen total de 18.688.700 y 51.936.700 botellas, respectivamente, y crecimientos porcentuales del 12,5 % en los jóvenes y del 8% en los tradicionales. También suben un 9 % los crianzas (aumento de 1.165.100 unidades, lo que da un total 12.284.200  botellas) y un 18% los envejecidos en barrica, con un sutil paso por madera (aumento de 206.300 unidades, con una cifra total de 1.142.300 botellas)

Por el contrario, vinos de corte más clásico, como el reserva y el gran reserva, han tenido una bajada del 7,05% (307.500 tirillas menos con un total en 2017 de 4.050.900) en cuanto a los vinos reserva y del 35,36% (271.200 tirillas menos con un total en 2017 de 495.700) de vinos gran reserva, mientras que poco a poco hay más interés por los vinos espumosos DO La Mancha, que han pasado de las 100.900 a las 144.300 botellas, lo que supone un crecimiento del 30 %.

Por capacidad, de los 65.428.645 de litros comercializados en 2017 (equivalentes a los 88.742.800 botellas de 75 cl tomados como referencia), destacar que un gran porcentaje queda envasado en el formato tradicional de botellas de 0,75 cl (85.419.400 unidades), pero también hay otros formatos, como los de 18,7 cl (1.973.500 botellas), 25 cl (34.000 botellas), 35,5 cl (810.000 botellas), 50 cl (10.700 botellas), 1 l (368.000 botellas), Magnum de 1,5 l (48.200 botellas), botellones de 3 y 5 litros (300 y 2.100 unidades, respectivamente) y bag in box de 3 y 5 litros (2.000 y 74.200 unidades, respectivamente).

 

Menor superficie de viñedo y viticultores

Aunque los primeros datos auguran que la declaración de vino apto para ser comercializado con DO La Mancha procedente de la cosecha de 2017 será superior a la de 2016, ya que el mercado así lo demanda, a la vez hay un descenso en los viñedos acogidos, pasando de las 162.993 a las 158.339 hectáreas inscritas en La Mancha como zona de producción (2,85 % menos).

No es un dato preocupante, ya que la zona de producción de La Mancha cuenta con muchísimas más hectáreas, lo que permite poder seleccionar lo mejor para la elaboración de vinos de calidad, como los amparados por la Denominación de Origen La Mancha y, además coincide con una diversificación varietal cada vez más destacada en el viñedo manchego.

Ya el principal descenso (3,56%) se ha producido en la variedad airén, aunque sigue siendo la mayoritaria (99.054 hectáreas). La siguen después el Cencibel o Tempranillo (29.862 hectáreas), Macabeo (5.513 hectáreas), Syrah (4.336 hectáreas), Garnacha (4.139 hectáreas), Cabernet Sauvignon (3.471 hectáreas), Verdejo (3.151 hectáreas), Sauvignon Blanc (2.058 hectáreas), Merlot (1.420 hectáreas), Chardonnay (1.207 hectáreas), Moscatel de grano menudo (873 hectáreas), Moravia (786 hectáreas), Bobal (672 hectáreas), Monastrell (589 hectáreas), Petit Verdot (513 hectáreas), Graciano (195 hectáreas), Parellada (138 hectáreas), Pedro Ximénez (87 hectáreas), Cabernet Franc (80 hectáreas), Viognier (76 hectáreas), Riesling (58 hectáreas), Malbec (40 hectáreas), Gewürztraminer (15 hectáreas) y Torrontés (2 hectáreas).

Por provincias, Ciudad Real (79.955 Ha) encabeza la superficie de producción por delante de Cuenca (32.494 Ha), Toledo (31.595 ha) y finalmente se sitúa Albacete (18.950 Ha).

Precisamente, Villarrobledo,  en la provincia albaceteña, lidera la lista de términos municipales con mayor número de hectáreas de viñedo con 14.248 hectáreas. Le siguen: Socuéllamos (13.505 Ha), Alcázar de San Juan (9.503 Ha), Tomelloso (8.002 Ha), Campo de Criptana (6.624 Ha), Manzanares (5.790 Ha), todos ellos en la provincia de Ciudad Real. Pasaríamos después a la provincia de Toledo, con Corral de Almaguer (4.838 ha) y Villanueva de Alcardete (4.438 Ha) junto a Daimiel (4.589 Ha), de Ciudad Real.

Después, estarían Mota del Cuervo (4.529 Ha) y Las Mesas (4.223 Ha), en Cuenca; Argamasilla de Alba (4.183 Ha) y La Solana (3.076 Ha), en Ciudad Real; Pedro Muñoz (3.406 Ha), de Ciudad Real; San Clemente (3.038 Ha) y El Provencio (2.970 ha), de la provincia conquense y Herencia (2.482 ha), en Ciudad Real; Hinojosos (2.473 Ha) y Las Pedroñeras (2.427 Ha), también de Cuenca.

Cierran el grupo de municipios por encima de las dos mil hectáreas El Toboso (2.329 Ha), en Toledo, y Membrilla (2.298 ha), en Ciudad Real.

Finalmente, comentar que también se aprecia un descenso en los viticultores inscritos, que pasan de 15.532 en enero de 2017 a 14.963 en el mismo mes del presente año. Se debe probablemente a que se está produciendo una concentración parcelaria y a la jubilación de viticultores de edad avanzada.