De acuerdo, todavía hace mucho calor y es muy pronto para pensar en las navidades. Bueno, tal vez no sea tan pronto, porque los viajeros saben que la planificación y el tiempo son imprescindibles para disfrutar de una buena gira turística. Y si además hablamos de Navidad,  al menos con la mente, nos quitamos de encima este calor que todavía padecemos. Para ello en esta ocasión nos vamos a imaginar que nos apetecería realizar un estupendo crucero navideño por el Danubio en su recorrido por Austria y Baviera que, por cierto, ya están en oferta. ¿En qué consistiría?

Muy sencillo, en un recorrido que en este caso partiendo de Regensburg nos llevaría por Salzburgo, Nuremberg, Passau, Dürnstein, Wachau, Bratislava y Viena.

La mayoría de nosotros conocemos alguna de estas ciudades, pero en este caso las veríamos bajo un prisma distinto, en plena época invernal (los bellos paisajes montañosos cubiertos de nieve y rodeados de brumas) desde la cubierta de un moderno crucero fluvial, a la vez que recorreríamos algunas de ellas famosas por sus adornos navideños y sus belenes.

Por ejemplo, podemos pasear por Passau, la ciudad de los tres ríos, Danubio, Inn e Ilz, con sus castillo y monasterio medievales. O recrearnos con Nuremberg, la segunda ciudad más grande de Baviera después de Múnich, una urbe celosamente amurallada y próspera que históricamente acogiera a emperadores y príncipes electores en algunas de las dietas o asambleas más importantes en la historia del Sacro Imperio Romano Germánico. Y qué decir de Salzburgo, la ciudad de Mozart,  que recibe también el sobrenombre de “Escenario mundial”, y con uno de los mercadillos navideños más famosos del mundo, o la fortaleza de Hohensalzburg, construida en el año 1077, es la  que mejor se conserva de Europa y compone uno de los monumentos más característicos de esta ciudad.

No podemos olvidarnos tampoco de Bratislava, una ciudad pujante con turismo llegado de toda Europa, y con opciones culturales, históricas y gastronómicas y todavía ajena al ajetreo de otras capitales como Budapest, Praga o Viena´.

En definitiva una aventura invernal por el corazón de Europa en la época más sentida del año deslizándose por el río más romántico del mundo.

De visita obligada: No olvidemos Viena

Si hay una ciudad europea donde las fiestas navideñas se viven de una manera muy especial, esta es Viena. En la capital de Austria,  el mes de diciembre es tan animado y tan hermoso que las bajas temperaturas típicas de las fechas no sólo no molestan sino que incluso se agradecen.

No importa tener que vestirse como los vieneses, ataviados con gorros y bufandas. Lo recomendable es mimetizarse con el ambiente, disfrutar escuchando a la gente cantando villancicos por las calles, deambular por mercadillos preciosistas donde comprar todo tipo de dulces navideños, comprar toda clase de objetos decorativos varios para el Belén, el árbol, para la mesa donde se cena y se come los días festivos…

El mercadillo estrella de la ciudad es el del Niño Jesús, el cual se sitúa todos los años frente al Ayuntamiento. Tiene sus propias señas de identidad: un árbol gigante y sus más de 140 puestos de madera.