El 4 de octubre de 1957 se lanzó con gran éxito el primer satélite artificial de la historia, el Sputnik I, primero de varios satélites lanzados por la Unión Soviética en su programa Sputnik.

Fue lanzado desde Kazajistán y su nombre, en ruso, significa “compañero de viaje”. El satélite orbitó alrededor de la tierra a una distancia de 938 kilómetros, y obtuvo información acerca de la densidad de las capas altas de la atmósfera y la propagación de las ondas de radio en la ionosfera.

Unos meses después, el 4 de enero de 1958, se destruyó al entrar en contacto de nuevo con la atmósfera. El lanzamiento del Sputnik fue un fuerte golpe para Estados Unidos, donde se estaba llevando a cabo el proyecto Vanguard para diseñar y planificar dos satélites. Temían que los soviéticos hubieran tomado la delantera en la carrera armamentista. Eisenhower, entonces presidente de Estados Unidos, respondió acelerando el programa espacial con el lanzamiento del satélite Explorer I el 1 de enero de 1958.