La localidad de Braunau Am Inn, en la frontera austríaca, además de ser recordada por ser el lugar de nacimiento del dictador Adolfo Hitler, también es conocida por la historia de Hans Steininger. En el año de 1567 un popular hombre llamado Hans Steininger fungía como alcalde de esta localidad con una característica física muy distintiva: su barba. Una maraña de pelos de 2 metros de longitud que colgaba de su rostro. Generalmente, Hans conservaba su vello facial cuidadosamente enrollado y almacenado en un bolsillo, ya que su barba era tan larga que se arrastraba por el suelo. Desafortunadamente, el 28 de septiembre de 1567, tras un incendio en la ciudad y mientras intentaba ponerse a salvo, su barba se escapó de su bolsillo cuando subía por los peldaños de una escalera, con la mala suerte de pisarla y tropezar, perdiendo el equilibrio y desplomándose por las escaleras rompiéndose el cuello con el impacto. Tras la muerte, la ciudad erigió un monumento en su honor a un lado de la iglesia de San Esteban, por lo que su legado jamás será olvidado. Asimismo, antes de sepultarlo, la gente del pueblo recortó su majestuosa barba y la dispuso en una enorme vitrina del museo histórico de la localidad. Durante los últimos 450 años, esta barba ha atraído a miles de visitantes, ansiosos por apreciar la famosa barba mortal.