La Fuente (1917) es una obra atribuida a Marcel Duchamp, artista francés cuya obra ha ejercido una fuerte influencia en la evolución del dadaísmo. En 1982 se encontraron unas cartas de Duchamp a su hermana en las que escribía: “Una amiga, empleando el seudónimo de Richard Mutt, me envió un urinario de porcelana a modo de escultura para ser expuesto; como no tenía nada de indecente, no había ningún motivo para rechazarlo”, El urinario escandalizó al mundo del arte cuando Duchamp lo presentó en 1917 a una exposición que organizaba la Sociedad de Artistas Independientes de Nueva York. Con esta obra se inició una auténtica revolución en el mundo del arte introduciendo el vanguardismo al demostrar que cualquier objeto mundano podía considerarse una obra de arte con tal de que el artista lo quitara de su contexto original (en este caso, un baño) y lo situara en un nuevo contexto adecuado -una galería o un museo- y la declarara como tal.

Las bases de la muestra de arte a la que Duchamp presentó la pieza establecían que todas las obras serían aceptadas, pero la Fuente fue rechazada y retirada rápidamente. La pieza original se ha perdido, aunque fue documentada por el fotógrafo y reconocido galerista Alfred Stieglitz, lo que significó un espaldarazo para la obra y su autor. A partir de la foto se pudieron realizar réplicas por encargo de Duchamp en la década de 1960, de las cuales 15 están ahora en exhibición en una serie de diferentes museos. En 2006, durante una exposición dada en el Centro Pompidou de París, La Fuente fue atacada por Pierre Pinoncelli, un artista francés conocido por haber dañado dos de las ocho copias existentes de la obra. Pinoncelli dijo que el ataque era una obra de arte en sí, que el propio Marcel Duchamp habría apreciado´.