- “Una nueva medida a favor de las seguridad de los usuarios de la vía pública, tanto peatones como conductores”, ha manifestado el Concejal de Policía Local y Tráfico Mariano Cuartero.
Desde este miércoles, 28 de abril, la Policía Local de Alcázar de San Juan dispone de un analizador de droga portátil para la detección de drogas en conductores. Se trata de “una nueva medida a favor de las seguridad de los usuarios de la vía pública, tanto peatones como conductores”, ha afirmado el concejal de Policía Local y Tráfico, Mariano Cuartero.
Junto con el Sub Inspector de la Policía Local, Alfonso Logroño, Cuartero ha presentado en rueda de prensa, los detalles de la puesta en marcha de esta herramienta para detectar infracciones. Según ponía de manifiesto, el dispositivo es de alta precisión y puede detectar 27 sustancias estupefacientes. En cuanto al procedimiento, el agente tomara una muestra de saliva del conductor; si arroja resultado positivo en alguna sustancia, tomará una segunda muestra que será enviada a un laboratorio autorizado que determinará el tipo de sustancia y la cantidad en el organismo. El analizador de drogas portátil, es de las mismas características que usan los agentes de la DGT y con las mismas garantías tanto para los agentes como para los conductores.
La adquisición del dispositivo, reseñaba Cuartero, es una medida más para luchar contra la lacra del consumo de drogas y que viene a sumarse a los programas educativos que se llevan a cabo sobre difusión de hábitos de vida saludable en los centros educativos y hábitos perniciosos para la salud.
Con el objetivo de la protección y seguridad de los usuarios de la vía, el ayuntamiento de Alcázar de San Juan “ha tomado medidas muy valientes como la Zona 30, antes de la entrada en vigor de la norma o la puesta en marcha del cinemómetro que ha dado como resultado la reducción de atropellos y accidentes”, aseguraba el concejal
El subinspector de Policía Local, Alfonso Logroño recordaba que negarse a realizar la prueba es un delito muy grave que conlleva pena de prisión de 6 meses a un año y privación del derecho a conducir de 1 a 4 años. Conducir bajo la influencia de sustancias estupefacientes conlleva de 3 a 6 meses de prisión y la retirada de seis puntos del carné de conducir. “Negarse a la prueba es delito con sanciones muy graves”, reseñaba Logroño.