Como presidente de la Indicación Geográfica Protegida ‘Melón de La Mancha’ y de la cooperativa agraria Nuestra Señora de Peñarroya, Ramón Lara Sánchez (Argamasilla de Alba, 1955) tiene claro los retos a los que debe enfrentarse la IGP a corto plazo, ayudados por la Interprofesional y comprometiendo al sector: la promoción de este sello de calidad que aporte valor añadido al producto y el inicio de programas de investigación en Europa que animen a sumar socios en la IGP.

Pregunta.- ¿Cuándo nació la Indicación Geográfica Protegida (IGP) Melón de La Mancha y por qué se vio la necesidad de darle una protección?
Respuesta.- Se empezó a trabajar en 1992 pero no fue hasta 2002 cuando empezó a funcionar y en 2004 fue finalmente reconocida por Europa. El motivo principal de hacer una IGP Melón de La Mancha era la preocupación de productores y cooperativas por el melón manchego, había mucha producción y no se diferenciaba con otras zonas. En un principio podían adherirse a la IGP cooperativas de Castilla-La Mancha pero, viendo la imposibilidad de que solo las cooperativas pudieran sacar adelante esta indicación, se abrió la puerta a empresas.

P.- ¿Cómo se puede diferenciar un Melón IGP de La Mancha?
R.- Diferenciar la calidad no es fácil y además los supermercados no conocen lo suficiente la IGP. Se necesitan recursos para hacer promoción del Melón IGP de la Mancha, ese es nuestro mayor obstáculo. Estamos luchando para mantener la Indicación Protegida pero con muchas dificultades, primero, insisto, porque necesitamos dinero para darle mayor difusión y segundo, porque debemos creernos que podemos distinguir el Melón IGP del resto.

P.- ¿Qué características o cualidades debe tener un Melón IGP?
R.- Debe cumplir un pliego de condiciones, debe ser de la variedad Piel de Sapo, de textura suave, con una carne no blanda pero tampoco dura, con un peso de entre 1,800 y cuatro kilos y un contenido en azúcar mínimo de 13 grados Brix. Además, el melón tiene que estar cultivado, preparado y envasado en la zona que abarca la IGP, lo que implica que los almacenes deben estar aquí, no pueden estar en Valencia, Barcelona o Murcia, lo que no quiere decir que el comprador no pueda ser murciano, madrileño o valenciano.

Lleva una trazabilidad un poco más estricta, las parcelas deben estar registradas como Melón IGP y cumplir una serie de indicaciones de tierra, agua, etc. Además, tiene que haber una certificadora independiente para el control de la IPG que certifique que las condiciones previstas se han cumplido. Para los productores y almacenistas no es tan complicado establecer estos controles y cumplir estos requisitos.

P.- ¿Qué zona y volumen de producción tiene actualmente la IGP y cuántas empresas están acogidas?
R.- Hay ocho empresas acogidas, de las que tres son cooperativas: Santiago Apóstol de Tomelloso; Los Llanos de Llanos del Caudillo y Virgen de Peñarroya de Argamasilla de Alba; también están Mercomancha, Agromancha, García Muñoz y Perico, Agroborja y Hermanos Villalta. En estos momentos no está ordenado demasiado el melón y es insignificante la producción y la superficie (unas 140 Has.) por el temor del productor de que no se paga esa calidad extra, y los supermercados no demandan Melón IGP.

La zona de producción del Melón de La Mancha está situada en la comarca natural ‘Mancha’ y acoge los términos de Alcázar de San Juan, Arenales de San Gregorio, Argamasilla de Alba, Campo de Criptana, Daimiel, Herencia, Las Labores, Llanos del Caudillo, Manzanares, Membrilla, Puerto Lápice,  Socuéllamos, Tomelloso y Villarta de San Juan. Como asociación IGP estamos dentro de la Interprofesional del Melón y la Sandía para que el Melón de La Mancha sea reconocido en todas partes, por lo que queremos, conjuntamente con la Interprofesional o desde la IGP, ampliar el número de socios de los ocho actuales para poder entrar en los mercados y así, a corto plazo, dar publicidad como hacen los grandes comercializadores. Es decir, una potenciación y un intento de implicar a todo el sector en la producción de Melón IGP.

P.- Entonces, ¿cuál es el problema del productor a la hora de acogerse a la IGP?
R.- Somos conscientes de que tenemos un buen producto pero el sector está muy atomizado y no está organizado. Si Castilla-La Mancha está produciendo entre 7 y 9.000 hectáreas de melón, son muchos almacenes, hay un montón de particulares, es decir, que hay melón por todos los lados. ¿Qué quiere decir esto? Que con pocas voces en la IGP Melón de La Mancha no podemos llegar a los supermercados o cadenas, la oferta se dispara y cada uno hace o hacemos la guerra por nuestra cuenta.

La IGP por sí sola no ha conseguido aglutinar al sector, pero sí la Interprofesional tanto a productores como comercializadores. A través de esa vía queremos lanzar nuestra marca registrada y comprometer a un sector en estos momentos mucho más importante para tener un valor añadido y una calidad ya reconocida. Y eso es lo que intentamos hacer, no es fácil, hemos trabajado de muchas maneras incluso poniendo dinero, pero no hemos querido que la IGP desaparezca.

P.- ¿Con qué apoyos cuentan por parte de la Administración?
R.- Es cierto que está ahí y que en un principio tuvimos unas subvenciones como entidades adscritas a la IGP, pero no es suficiente con las subvenciones. Necesitamos las subvenciones pero si el sector no se compromete lo suficiente no sirve de nada. La Administración está en buena disposición de seguir colaborando con nosotros para que la IGP siga adelante. Vamos a empezar a plantear planes a corto y medio plazo primero de investigación y luego de promoción, estimular el consumo por medio de la IGP y de la Interprofesional unidas. Es una idea complicada de poner en marcha pero estamos en ello, en Membrilla tuvimos una reunión para ver este asunto.

P.- ¿Ha habido intrusismo?
R.- La marca registrada Mancha la tiene exclusivamente la IGP y no se está respetando por el sector. Tampoco hemos hecho valer nuestra posición de fuerza porque realmente si no estamos copando un mercado como Melón IGP no vamos a machacar a todo un sector. En un futuro, el melón de DO Mancha tendrá que ser de IGP, no será otro. Todos los melones IGP llevan una etiqueta comercial y otra pequeña enumerada, con el logo, y ahí es muy difícil poner otra cosa. Con esa etiqueta sabemos a quién pertenece, llevamos un control.

P.- También es importante que el consumidor sepa apreciar la calidad del Melón de La Mancha, ¿no?
R.- Sí claro, lo que ocurre es que el consumidor actualmente se va a encontrar mucho melón manchego pero no Melón IGP de La Mancha. Es muy complicado, no es fácil encontrarlo porque no hay una producción ni una demanda de la parte comercializadora. Aún no hemos llegado al consumidor final para que vea que el Melón IGP de La Mancha es un producto de una garantía y calidad absolutas. Ese es nuestro reto, estar en el mercado y que la gente pueda apreciar un melón IGP de La Mancha. Creo que al final esta situación se irá imponiendo.

P.- ¿Sería con una relación precio-calidad competitiva entonces?
R.- Creo que sí, los costes de producción del Melón IGP no son mucho mayores que los de melón no IGP, lo pueden asumir perfectamente los mercados. No hay muchas mayores diferencias salvo que el agricultor debe ser muy profesional para que se quede un poco más de valor añadido. El consumidor va a comprar una cosa más segura, no sería un gravamen tan alto como para que optara por otro producto.

P.- ¿Se ha marcado algún año para impulsar la IGP?
R.- Un buen impulso sería que en 2017 se empezara a trabajar con un proyecto importante, estar en Europa. Ir a medios de comunicación importantes para que realmente se conozca esa campaña, llegar también a países donde existe un mayor consumo del melón. Lo importante es que el sector esté unido, estamos hablando de más de un millón de euros y eso no lo puede hacer uno solo.