Miguel Alberdi / Decorador

Es posible que muchas familias, durante este periodo, hayan descubierto que cuando están todos en la casa al mismo tiempo puede ser difícil encontrar un espacio personal. Una tendencia popular en los últimos años han sido los espacios abiertos, áreas que generalmente funcionan bajo la premisa de cualquier miembro de la familia que trabaje en casa puede ocupar este espacio durante el día, antes de que la familia se reúna para socializar en la noche. Sin embargo, esto se basa en un patrón de ocupación “por etapas”, según el cual distintos miembros del hogar ocupan el mismo en diversos momentos del día. Esto es muy diferente del patrón de ocupación “concurrente”, según el cual todos los miembros del hogar lo ocupan simultáneamente. Prepararse para esta otra forma de habituar y disfrutar de nuestro hogar sin que se bloqueen los espacios, empieza a estar en el deseo de los que quieren reformar su vivienda haciendo cosas más confortables, más saludables, más eficientes.

Las personas que trabajan regularmente desde casa usan su calefacción mucho más para mantener un ambiente de trabajo cómodo. Este periodo de confinamiento ha supuesto para muchos enfrentarse a una preocupación más amplia por el confort térmico y la eficiencia energética de sus hogares. Un aspecto que va también muy relacionado con otras consideraciones ambientales asociadas con la productividad o la comodidad del hogar, como lugar de residencia y espacio de trabajo. Cuestiones como la calidad del aire interior, la contaminación acústica y la comodidad visual, influyen también en el modo en que se quiere reformar el entorno doméstico.

 

Esto puede llevar a considerar medidas como el triple acristalamiento o ventanas de alto rendimiento, mayor aislamiento y protección contra corrientes de aire, lo que también conducirá a una reducción de las emisiones de CO2. Como vemos, se quiere combinar la necesidad de espacios propios cómodos y eficientes con los requerimientos de otras zonas comunes suficientemente amplias y flexibles para acoger la actividad diversa. Son intenciones que van a necesitar el asesoramiento de profesionales experimentados para poder conjugar todo esto de modo efectivo.

La preocupación por hacer de nuestra vivienda un hogar saludable empieza a manifestarse con la incorporación de formas de construcción y reformas que hasta ahora parecían reservadas a espacios públicos y sanitarios. De este modo se empiezan a considerar la utilización de materiales específicos con propiedades antibacterianas en las obras de construcción y reformas.

Más allá de las especificaciones del Covid, se piensa en preparar las viviendas como entorno que favorezcan las condiciones más saludables posibles. Cualquier construcción puede proporcionar un hábitat casi perfecto para la proliferación de microorganismos como bacterias y moho. Una limpieza deficiente, el aire recirculado y la proximidad e interacción cercanas entre los convivientes puede resultar en la propagación microbiana que es posible causa de enfermedad o simplemente degradación temprana de los materiales.

La tecnología antimicrobiana puede ser aplicada en cualquier accesorio u objeto permanente. Esto incluye la posibilidad de tratar revestimientos de paredes, pisos y alfombras, superficies de contacto frecuente, radiadores, encimeras y techos. Y los productos antimicrobianos para la construcción pueden ayudar a que cualquier entorno sea un lugar limpio y seguro. Una vez agregados los aditivos antimicrobianos reducen de un modo sustancial los niveles de microorganismos en ellos, lo que significa que los productos y los entornos en los que se encuentran son higiénicos. Los productos antimicrobianos para la construcción también reducen el potencial de contaminación cruzada, y pueden lograr que los materiales tratados de esta manera duren más, al evitar la degradación bacteriana.

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Web: www.miguelalberdi.com