Alcázar de San Juan conmemoró durante la pasada semana la VI edición de las Jornadas de Vino y Bautismo Qervantino, con un amplio programa de actividades culturales, catas comentadas, mercado artesano y la tradicional Cabalgata Cervantina. El enoturismo se unió un año más a la identidad cervantina de la ciudad para homenajear a su vecino más illustre, Miguel de Cervantes.
A inicios del mes de noviembre, próximo a la fecha del bautismo de Cervantes que aparece en la partida que se conserva en la iglesia de Santa María, el 9 de noviembre, Alcázar de San Juan homenajea a su vecino más ilustre con un amplio programa de actividades culturales y turísticas. El homenaje se une a la celebración del Día del Enoturismo, 10 de noviembre, maridando la identidad cervantina de la ciudad con la cultura vitivinícola, a través de catas comentadas en diferentes espacios, bodegas y en la sede del Consejo Regulador de la DO La Mancha.
Durante el pasado fin de semana cobró protagonismo la tradicional Cabalgata Cervantina, en la que participan diferentes asociaciones de la ciudad, como las amas de casa, el Ateneo Cultural, la asociación de Coros y Danzas, la Coral Polifónica, las encajeras de “El Torreón”, la escuela de danza de Alma María García o la banda de música. Junto a ellos, gigantes y cabezudos, vecinas y vecinos de la ciudad, así como las autoridades municipales, encabezadas por la alcaldesa de Alcázar de San Juan. Todos ellos, portando bajo el brazo un ejemplar del Quijote. La cabalgata recorrió las calles del casco antiguo de la ciudad y lugares cervantinos emblemáticos, como la plaza donde se encuentra la casa en la que vivió el escritor. En cada uno de estos lugares se realizaron diferentes actividades: lectura de un pasaje del Quijote, interpretación de canto coral y bailes tradicionales. La cabalgata finalizó en la Plaza de España, frente a las esculturas de Sancho y Don Quijote, con la interpretación del himno de la ciudad y la degustación de zurra y alcahuetas ofrecidas por la asociación de empresarios locales ASECEM.
La Plaza de España fue también durante todo el fin de semana escenario cervantino, con un mercado artesano con más de 30 puestos que ofrecieron a lugareños y visitantes una amplia variedad de productos. Desde los elaborados con técnicas artesanas antiguas, como los objetos de cobre, pasando por artículos de joyería artesana o figuras de vidrio, hasta alimentación, cosmética, juguetes o incluso los clásicos tirachinas elaborados con madera tallada. El mercado también ofreció talleres y animaciones para completar su oferta.