La división de la baraja en cuatro palos, con una iconografía semejante a la actual, aparece ya en una baraja otomana datada en el s. XV. Se tiende a pensar que las barajas europeas proceden de la baraja otomana, y que ésta sería una evolución de la baraja en Persia, la cual a su vez dependería en último lugar de la baraja china o la india. En 1868, un impresor burgalés de origen francés, afincado en Vitoria, Heraclio Fournier, presentó su baraja litografiada, cuyo diseño fue premiado en la Exposición Universal de París. Pero el diseño definitivo de la baraja española que ha llegado hasta hoy bajo diferentes «visiones» artísticas o rústicas es el que realizó Augusto Ríus para el propio Fournier. Hay muchos tipos de diseño para la baraja española y varían entre regiones de España y América Latina. Las figuras cambian de unas épocas a otras: los caballos pueden estar montados por caballeros o por amazonas, éstas, en ciertos casos ligeras de ropa. Las sotas pueden ser relativamente ambiguas respecto a su sexo; de hecho, siempre se tratan como género femenino, aunque suelen vestir como varones, pero no llevan barba. Los naipes más conocidos en España son los fabricados por Heraclio Fournier, la primera vez en Burgos, después en Vitoria y hoy día en Villarreal de Álava, por la empresa Cartamundi España, S.L.