Pocas ciudades peninsulares pueden jactarse de un pasado tan dilatado y glorioso como Cartagena, puerto natural del Mediterráneo por el que han pasado fenicios, bizantinos, cartagineses, romanos y árabes, entre otros. Fundada en el año 229 a.C. como Cartago Nova por el general Asdrúbal como contrapunto al poder romano en el Mediterráneo, sus fortificaciones, murallas, castillos, iglesias, ruinas son fiel testigo de un esplendoroso pasado histórico, siendo su máximo exponente el Teatro Romano, construido a finales del siglo I a.C. en tiempos del emperador Augusto. Con un aforo para 7.000 espectadores, fue uno de los teatros más grandes de la Hispania romana; tras quedar en el olvido durante siglos, fue descubierto por casualidad en 1988 al ejecutarse unas obras en el casco histórico de Cartagena. En 1999 recibió la declaración como Bien de Interés Cultural.

Pero Cartagena es ante todo mar, con uno de los mayores puertos comerciales e industriales de España, de los más importantes del Mediterráneo. Alberga una de las tres bases navales principales del país. Citas obligadas son su Museo Naval y el Museo de Arqueología Subacuática.

Para aprovechar la visita a Cartagena, una buena opción es subir al ascensor panorámico de la calle Gisbert, que alcanza la cima del monte de la Concepción, desde donde hay unas vistas emblemáticas de la ciudad, con su anfiteatro romano, el puerto y las colinas. En este punto se encuentra el punto de información y venta de entradas a los principales monumentos (muralla púnica, castillo, museo del teatro, museo-refugio Guerra Civil…). En la cima del monte hallaremos el castillo medieval de la Concepción, erigido en el siglo XIV como vigía del puerto, destaca su torre del homenaje y cobija un museo de la historia de la ciudad. Junto al ascensor, se encuentra el Museo-Refugio de la Guerra Civil, donde permanece la huella de refugios antiaéreos en los que se protegía la población civil durante los bombardeos del bando sublevado en la guerra civil. La siguiente parada sería el anfiteatro romano, construido en el año 70 d.C., sobre el que siglos después se levantó la plaza de toros.

No debemos olvidar la muralla púnica donde se vivió uno de los episodios más épicos del Mediterráneo, las Guerras Púnicas entre cartagineses y romanos. De la civilización romana, es visita obligada el Museo del Foro Romano, un extraordinario viaje a una antigua ciudad romana. Situado en el cerro del Molinete, es uno de los mayores espacios arqueológicos urbanos de España.

Bellos ejemplos de modernismo

Cartagena disfruta de un encantador centro histórico con singulares ejemplos de arquitectura modernista. Entre otros, cabe mencionar la Casa Aguirre, donde se ubica el Museo Regional de Arte Moderno (Muram), la Basílica de la Caridad, sede de la patrona de la ciudad, la Virgen de los Dolores, representada en el templo por una imagen napolitana. La Casa Maestre cuenta con una fachada inspirada en la de la Casa Calvet de Gaudí; el Gran Hotel, de influencias modernistas vienesas y francesas; el Palacio Consistorial (en la imagen); la Casa Cervantes; el Casino; o las ‘Casas’ Llagostera, Pedreño, Dorda y Zapata. El recorrido turístico por el casco histórico bien merece varias paradas por sus tabernas y establecimientos hosteleros para degustar su rica gastronomía, mezcla de huerta y montaña, con sabores sabrosos y suculentos. No puedes dejar de probar su arroz caldero, el zarangollo murciano, el pulpo a la cartagenera o los michirones.