Sucesores de la pasión franciscana y universitaria de Alcázar de San Juan

Mirando por el retrovisor histórico a veces nos encontramos con una serie de acontecimientos que, llegados a nuestro presente, no dejan de impresionar por la conclusión de los mismos. Siglos de avatares fascinantes para rematar en un realidad actual digna de estudio y admiración.

Como muestra de esta sucesión de hechos históricos hasta llegar a nuestros días tenemos lo ocurrido hasta la formación de la Hermandad de “los Estudiantes” de Alcázar de San Juan, establecida en el Convento de San Francisco de esta localidad.

Izq.: Primeros jóvenes anderos de la Hermandad de Los Estudiantes en 1990. Centro: Cristo de la Buena Muerte y María Santísima de la Concepción. Dcha.: Imagen del Niño Jesús de la Santa Veracruz.

Aunque su origen hay que buscarlo en 1987 en un particular Vía Crucis en la noche del Martes Santo con la participación de jóvenes estudiantes de los colegios e institutos alcazareños con la imagen del Cristo de la Buena Muerte que está en la sacristía de la Iglesia de San Francisco; los acontecimientos parecen sucederse en un marco análogo al de siglos anteriores. No en vano, esta iglesia fue durante los siglos XVI y XVII un núcleo docente muy importante por ubicarse en el antiguo convento franciscano la Universidad de Alcázar o Universidad de San Francisco, donde se impartían las cátedras de Medicina, Teología Moral, Historia sagrada, Gramática y Artes.

Tras más de cuatro siglos de historia donde el lugar ha sido utilizado como hospital, cuartel y cárcel, centro académico, internado y, actualmente, con su primitivo papel de templo religioso; desde finales del siglo XX los jóvenes de la localidad han vuelto a relacionar los valores formativos y devotos del lugar.

Además, como no podía ser de otra manera, la Hermandad de “Los Estudiantes” de Alcázar de San Juan, aprobada en el 1990 por el Obispado de Ciudad Real conserva su vinculación franciscana siendo el hábito de sus penitentes en Semana Santa una inspiración del hábito franciscano y manteniendo la austeridad y el silencio como símbolos heredados de raíces seculares. El nombre canónico de esta cofradía es “Hermandad Sacramental del Santísimo Cristo de la Buena muerte, María Santísima de la Concepción y Santa Veracruz”, pues en sus tres décadas desde su fundación han recuperado tradiciones devotas históricas como la de la antigua Cofradía de la Santa Vera Cruz originaria del siglo XVI.

Dentro del patrimonio artístico de la hermandad nos encontramos con la imagen del Cristo de la Buena Muerte (del sevillano José Manuel Bonilla Cornejo y fechada en 1994), la imagen de María Santísima de la Concepción (de autor anónimo datada en el siglo XVII) donada por las monjas Agustinas de Toledo y que viste a la antigua usanza de las viudas cortesanas del siglo XVII, con manto bordado y diadema de plata de la misma época, y la imagen del Niño Jesús de la Santa Veracruz (la más moderna, fechada en 2001 por los Talleres de Arte Martínez de Horche -Guadalajara-) que porta un canasto de madera de color caoba con cartelas pasionarias del año 1956 que originalmente pertenecían al antiguo paso del Cristo Yacente de la localidad.

Izq.: Vía Crucis del Martes Santo en 1987, origen de la posterior formación de la Hermandad de Los Estudiantes. Centro: Documento que acredita “la Hechura” de la imagen titular del Cristo de la Hermandad. Dcha.: Antigua postal y escudo de la Hermandad.

Sin duda, la Hermandad de los Estudiantes de Alcázar de San Juan agrupa entre sus valores una idiosincrasia particular con la participación de los jóvenes de la localidad siendo uno de sus exponentes más significativo esa decena de costaleros adolescentes que portan al Niño Jesús en la apertura de la estación de penitencia de la hermandad.

Este año se cumplen tres décadas desde la aprobación episcopal de esta hermandad pero los acontecimientos han hecho que todos los cofrades, al igual que en el resto de hermandades por toda la geografía española, no hayan podido acercarse a la secular San Francisco para fundir su fe mirando el madero del Cristo de la Buena Muerte; ni los jóvenes han podido mecer suavemente los pasos por las calles de la cervantina Alcázar de San Juan zigzagueando tras la voz de capataces entre las trabajaderas y el frío suelo; y no ha habido penitentes perdiéndose anónimamente entre cientos de ojos bajo la negrura de la noche.

Martes Santo pasado de flores marchitas que no vieron el cielo estrellado de La Mancha pero que anuncia nuevos tiempos de ilusiones y esperanzas de esos jóvenes por sacar a la calle el trono vacío, y, de nuevo, la simbiosis de la Historia y el Fervor, al igual que hace siglos, tomará cuerpo en uno de los rincones más tradicionales de Alcázar de San Juan. Y parte de esa espera en un futuro más halagüeño empezó a tomar forma el pasado mes de septiembre donde la Hermandad pudo llevar a cabo sus celebraciones con motivo de la Exaltación de la Cruz (14 de septiembre).

Texto: Ayer&hoy/Ángel Martín-Fontecha
Fuente: Ángel Martín-Fontecha/Varias
Fotos: Hdad Estudiantes/Ángel Martín-Fontecha