Es uno de los sectores con mejor proyección socioeconómica en nuestro país. Las redes sociales, con la promoción de infinidad de complementos por parte de influencers, magazines, deportistas, modelos y cantantes ha hecho el resto. Cuero, calzado, bolsos, sombreros, relojes, joyería han catapultado a esta moda, la moda del complemento, a los primeros puestos en el ranking de ventas online. En el aspecto social, el complemento se ha convertido en algo más que un adorno, definiendo el estilo y la personalidad de cada persona.
En la Real Academia Española, la palabra ‘complemento’ registra ocho definiciones tan distintas y dispares que uno pudiera pensar que este término es como un cajón de sastre utilizado para varias disciplinas que no guardan relación alguna entre sí. Un complemento, para la gramática, es una función sintáctica y los hay de varios tipos: directo, indirecto, agente, etc. Para la geometría, es el ángulo que unido a otro completa un ángulo recto; en Economía se llama complemento a la retribución que percibe el trabajador por circunstancias singulares de su puesto de trabajo, y en Biología, el complemento es el conjunto de proteínas plasmáticas que actúan mediante reacción en cascada.
De ninguna de estas definiciones nos ocuparemos en este reportaje, sino de la que se refiere al complemento como el accesorio de la indumentaria femenina o masculina. Una definición aséptica porque el complemento, dicho por los entendidos de la cosa, es más que un mero adorno estético, define el estilo de cada persona, le distingue del resto y, además, es una seña de identidad no sólo de la sociedad actual en la que vivimos sino de cada una de las épocas y civilizaciones pretéritas.
En opinión de la estilista Ino Crespo, el complemento parte siempre del gusto personal de cada individuo, pero también de la capacidad económica; por tanto, más que la vestimenta que nos la ponemos por la necesidad de cubrirnos, el complemento se pone como muestra de singularidad, es una elección de estilo para destacarnos del resto, para ser o para creerse auténticos y, al mismo tiempo, es una manera de socializar, “yo soy éste, este estilo me identifica, al igual que me define este tipo de coche, este teléfono móvil o esta casa que he elegido”, explica. “Hacemos uso del complemento para incluirnos en un determinado colectivo social, para vernos representados en la sociedad, incluso aquellos que no siguen la moda acaban definiéndose en un grupo concreto”, observa la estilista.
En cuanto a tipologías, el mundo del complemento es casi inabarcable. Si nos atenemos al accesorio que complementa a la indumentaria se podrían enumerar algunos tan cotidianos como el calzado, el bolso, la mochila, la bandolera, la riñonera, el cinturón, la corbata, la pajarita, el fajín, el pañuelo, la bufanda, el sombrero, la gorra, el gorro, los guantes… (¡recuerdo para 1, 2, 3 y Mayra!), pero si ampliamos el campo a todos los adornos que perfilan nuestro estilo hablaríamos de gafas de sol, relojes, smartwatches, abanicos, pendientes, piercing, collares, colgantes, anillos, pulseras, paraguas…
El complemento en su máxima expresión, podríamos decirlo así, lo hallamos en el universo de los eventos y las ceremonias, sobre todo en las bodas, donde los estilismos con pamelas, tocados, casquetes, turbantes, clutch o bolsos de fiesta, zapatos de tacón, prendidos, diademas, broches o coronas, entre muchos otros, están a la orden del día.
En lo crematístico, la moda de complementos es un sector en alza con grandes indicadores económicos. Entre otros aspectos, el sector del calzado registró un 12% más de ventas en España, hasta los 6.000 millones de euros, según el informe 2023 realizado por la Federación de Industrias del Calzado Español. Resulta también destacable el hecho de que el calzado ocupa el segundo puesto en el ranking de los productos vinculados con la moda más adquiridos en Internet en España en 2023 con un 57%, sólo por detrás de la moda de mujer. Del mismo modo, el mundo de accesorios y complementos se sitúa en quinto lugar con un 34%, y bisutería y joyería en séptimo lugar con un 23%. En materia de bolsos y carteras, las ventas han experimentado un crecimiento del 15% en la primera mitad de 2024, según los datos de la Asociación Española de Moda. Entre los más vendidos están los bolsos de mano, las mochilas minimalistas y los bolsos sostenibles. Joyería, relojería y platería registraron una facturación de 12,2 millones de euros en el último trimestre de 2023, según el portal statista.com, con un creciente interés por parte del hombre en llevar relojes, pulseras o cualquier otra joya. Asimismo, las gafas de sol experimentaron un incremento de más del diez por ciento en el último año. Datos económicos que, como bien reflejan las fuentes consultadas, los complementos y accesorios de moda se han convertido en la actualidad en más que un simple adorno, sino en un elemento esencial de la moda de hoy en día para identificar los estilismos actuales.
Un poco de historia.- Se podría recorrer la prehistoria e historia del mundo occidental por el tipo de complementos que se llevara en cada momento. La doctora en Prehistoria y Arqueología, Ruth Maicas Ramos, en su artículo ‘¿Qué me pongo? Adornos personales sobre soportes de origen orgánico en el Neolítico y Calcolítico del Sureste peninsular’ reconoce al adorno o complemento como un identificador social que remarca las diferencias de edad, de sexo o de estatus de un grupo humano o de este respecto a otros grupos próximos. Es más, a su juicio, el adorno cumplía una función profiláctica, religiosa o de medida de cambio que garantizaba la convivencia entre los pueblos o tribus. Los estudios datan una antigüedad de 75.000 años para los primeros adornos conocidos, en concreto en Sudáfrica -gasterópodos perforados-. En el Paleolítico Superior, entre los 35.000 años y 10.000 años a. C. se alcanza el pleno apogeo del adorno, realizado básicamente de hueso, concha, asta y marfil, aunque también de cuero, madera, plumas, semillas o resinas. De 3.000 años para acá se desarrolla una metalurgia incipiente y con él la riqueza en los poblados y en los ajuares funerarios, en algunas culturas se han descubierto ricos ajuares con adornos en plata y oro, símbolo del estatus social de la persona enterrada. Mención aparte merecen algunas civilizaciones como la egipcia, griega o romana con característicos adornos, peinados y vestimentas que definen, más que ninguna otra época, la grandiosidad de estas culturas.
De la misma opinión es nuestra estilista de cabecera sobre la función social del complemento, aparte del estético, porque delimita perfectamente cada época de la historia. El ejemplo más evidente se encuentra en el cine, donde el estilismo se cuida al máximo. Recordemos esas grandes series como Sissi Emperatriz, donde el peinado o los adornos no se pueden relativizar porque son definitorios e identitarios de un momento, de un estilo y de una época muy determinados, nos advierte Crespo. Los más cinéfilos seguro que han ‘cazado’ en alguna película de romanos un reloj en la muñeca de algún patricio o centurión, chocándonos ver un objeto actual en plena antigüedad.
Diversidad y riqueza de complementos.- En la actualidad, según Ino Crespo, la tendencia en materia de complementos se puede resumir en dos sustantivos: diversidad y riqueza. La proliferación de estilos y el uso de tales o cuales complementos es tan amplia y variada que sería complicado agrupar de forma esquemática las tendencias de hoy en día. Y a ello han contribuido en gran parte las redes sociales. Por todo ello, aventurar sobre qué está prohibido y qué está permitido en moda de complementos sería algo tan tajante como definir el sentido del buen gusto o del mal gusto, ¿qué es para usted uno y otro? Todo depende de la óptica con la que se mire, arguye nuestra profesional consultada.
En el estilismo diario, el efecto de las franquicias del textil (Zara, Breska…) presentes en calles comerciales de cualquier ciudad occidental está distinguiendo un colectivo de personas con un gusto determinado, incluso en cada establecimiento existen opciones de diferentes formas de complementos y arreglos, considera Ino Crespo. El estatus social de cada individuo es también indicativo del estilo, “no es lo mismo vivir en el barrio de Salamanca de Madrid que en un pueblo, cada persona refleja en su estilismo lo que vive y dónde lo vive”, enfatiza.
En ceremonia, un mundo aparte por el incremento de negocio que ha experimentado en los últimos 20 o 30 años, más que de tendencias es preferible hablar de gustos, indica la diseñadora de complementos Virginia Riballo del Monte, de la marca ‘Volvorete’. Si bien en líneas generales, la moda de complementos marca actualmente un tono sobrio, de sencillez en pamelas y minimalismo con líneas rectas en tocados, “siempre hay clientas que quieren todo en el complemento, recargándolo y, sobre todo, con más plumas que la vecina de al lado para destacar”, sonríe.
Redes sociales.- Como decíamos, las redes sociales e internet han supuesto una auténtica revolución en la moda de complementos al igual que en el vestir, acercando a golpe de click los estilismos de las pasarelas, de los magazines con modelos de famosas, de princesas y reinas europeas; las influencers seguidas por millones de personas… No hace falta bucear mucho para saber qué tipo de complementos se llevan en la temporada de otoño de 2024 según Hola, Vogue, Cosmopolitan…, o lo que ha llevado Kate Middleton o la reina Letizia en algún acto para replicarlo o intentar adaptarlo cada uno a su estilo.
Entre lo bueno de Instagram, Facebook o Tik Tok, está el haber puesto al alcance de todo el mundo, a precios asequibles, cualquier tipo de complemento que se pueda imaginar, al igual que sucede con la ropa. Estos enormes y globales escaparates han conducido a miles de personas a optar por un grupo o seguir a determinados instagramers que definen lo que quieren ser o como quieren ser. Sin embargo, a juicio de Ino Crespo, este hábito digital está acabando con la singularidad de estilos, “las redes hacen departamentos estancos y paradójicamente, frente a la diversidad, se está produciendo un fenómeno de uniformidad, pues al incorporarse a un grupo, ya te estás definiendo”.
Para otros profesionales consultados, las redes sociales suponen, sin embargo, un lugar donde mirar y observar lo que ocurre, aunque la inspiración pueda partir de la propia experiencia y formación adquirida. Virginia Riballo reconoce que en muchas ocasiones acuden a ella con una fotografía de internet, “me han traído muchas fotos de la princesa de Gales, la gente quiere imitar sus casquetes, pero no pueden hacerse exactamente iguales, debe tenerse en cuenta la forma de la cara, el tamaño de la cabeza, o el corte y el color de pelo”. No obstante, existen otros clientes que llegan sin saber lo que quieren, es entonces cuando el asesoramiento profesional es esencial para ayudarle a conseguir el estilismo deseado.
Como responsable de un atelier de complementos de eventos, aconseja no adquirir ciertos artículos de forma online si no se han probado con anterioridad, “personalmente no compraría nunca una pamela por internet, ya que influye mucho la estatura y la forma de colocársela en función de la altura; una pamela o un tocado mal puestos pueden desbaratar por completo el look que se lleve”, confiesa.
En el lado positivo de las redes también están aquellos emprendedores que buscan su hueco digital en el mundo del complemento. Es el caso de Verónica que está en pleno proceso de creación de una página web y tienda online a la que denominará ‘Stellina Complementos’ donde expondrá sus colecciones específicas para mujer de contados artículos como mochilas, estuches, riñoneras, fundas para gafas, fundas para libros, etc. Todo hecho a mano con telas y materiales de calidad. Un nuevo negocio en su caso que añade a su marca existente de regalos para bautizos y comuniones.
En manos de profesionales.- La complejidad de un buen estilismo conlleva por parte de los profesionales respuestas honestas y singulares, no universales, en opinión de Ino Crespo, peluquera y estilista durante más de 40 años, de ahí la importancia de preocuparse por la persona que se pone en manos de otra, “algo que no sucede hoy en día, en general no nos preocupamos de los demás, creándose una forma estándar de presentarnos para la aceptación social”. En la actualidad, ha lamentado, “todas las calles de las ciudades del mundo occidental están igual de uniformadas, antes no ocurría esto, en Londres podías encontrar los complementos más llamativos que no encontrabas en ningún otro lugar, en Francia eran más refinados mientras que en Italia, como me gusta decir, ponían la sal y la pimienta”; “en España depende de las zonas, los vascos y navarros se identifican más con el estilo anglosajón mientras que los catalanes son más afrancesados; en definitiva, el peinado, el reloj y el tipo de bolso que lleves habla de cómo somos cada uno”, reitera Ino.
En conclusión, la estilista y peluquera Ino Crespo considera que el mundo de los complementos debe bailar al son del estilo y la educación personal, transformándose al igual que cambia y se transforma la sociedad, “deberíamos formarnos y no uniformarnos; la estética siempre ha sido infravalorada cuando es un electrocardiograma de la sociedad”.
Por su parte, Virginia también es partidaria de romper y de atreverse con estilismos singulares, fuera de lo habitual, pero a su juicio el cliente es quien tiene la última palabra “creo que cada persona debe sentirse segura y guapa con lo que lleva y puede que mi idea en un momento dado no sea la mejor”, señala. Para esta profesional del complemento, lo más importante es que el estilismo creado para cada mujer la convierta en una de las más elegantes del evento o de la boda, “no quiero que ninguna de mis clientas parezca una feria, en alguna ocasión he perdido alguna venta porque se empeñaron en llevar un bolso grande con una pamela y me negué en rotundo”.
El calzado.- Es el complemento más utilizado desde hace 3.500 años. Un hallazgo relativamente reciente permitió datar el calzado más antiguo en esa época, utilizado por ‘Ötzi’ el hombre de los hielos en los Alpes.
Desde entonces, esta rústica alpargata ha evolucionado hasta tal punto que, en países como Italia, Francia, Alemania o España, la industria del calzado ha sido y sigue siendo una de las empresas más pujantes de la economía nacional. En 2023, la industria española del calzado alcanzó una cifra de negocio de aproximadamente 3.423 millones de euros. Por su parte, la Federación de Industrias del Calzado Español en su Informe del Calzado en España 2023 advierte de que el sector logró crecimientos relevantes en producción y empleo (2.975 sociedades y más de 41.000 trabajadores), exportaciones y, sobre todo, consumo, convirtiéndose en uno de los segmentos con mejor desempeño en el negocio de la moda. Un 12% más de ventas, hasta 6.000 millones de euros en el conjunto de España, y unas exportaciones que se incrementaron en más de un 20% y un valor de más de 3.000 millones, atestiguan lo afirmado anteriormente. Pese al alza, observa el mencionado estudio, el calzado continúa un 5,9% por debajo del valor de mercado alcanzado en 2019, antes del estallido de la pandemia.
Otro revulsivo para las ventas del sector en 2022 fue el ecommerce. Mientras en el conjunto del sector de la moda el peso de las ventas online frena su crecimiento dos años después del estallido de la pandemia (que actuó como dinamizador del ecommerce), en el calzado sigue al alza. Las ventas online coparon en 2022 el 27,8% de la facturación del sector en España, frente al 21,1% de cuota en el conjunto del sector de la moda, según datos de Kantar recogidos en el estudio.
Texto: Oliva Carretero Ruiz.
Fotos: Ayer&hoy/Pixabay/Volvorete/Serrano Joyeros