El mariscal alemán Erwin Rommel solía utilizar todo lo que estaba a su alcance para engañar a las tropas inglesas que luchaban contra su Afrikakorps. Cualquier método que pudiera simular un aumento de efectivos era utilizado para dar una sensación de superioridad numérica.

En una ocasión, estando en el puerto de Trípoli en febrero de 1941, Rommel se dirige a uno de sus oficiales para decirle “Aquí podrá Vd construirme ciento cincuenta tanques”. Éste se queda perplejo y Rommel le dice: “¿No puede conseguir madera y loneta de vela para fabricar tapaderas para los Volkswagen? Pues entonces puede fabricarme los ciento cincuenta tanques”. Y así fue como se construyeron estos “tanques” que se utilizaron para engañar a los ingleses.