Es la primera mujer que accede al cargo después de 66 años de historia de la Cooperativa Cristo de la Vega, la segunda mayor bodega vinícola de Europa, con un volumen de producción de cien millones de kilos de uva y 37 referencias. María José Moreno Sánchez (Socuéllamos, 1969), administrativo, con experiencia en laboral tras años en una asesoría y con orígenes viticultores, decidió no solo apuntarse como socia sino aspirar a la presidencia que ganó por 123 votos. Con ánimo de continuidad no solo durante este mandato, del que quedan dos años y medio tras la dimisión del anterior presidente, Moreno se ha marcado dos retos: fortalecer la unidad entre los socios y renovar la imagen de la bodega.

“Con la pandemia no hemos dejado de trabajar, lo que nos ha permitido mantenernos en ventas”

Pregunta.- ¿Por qué decidió presentarse al cargo de presidenta y cuáles han sido sus vínculos anteriores con la cooperativa Cristo de la Vega?
Respuesta.- Decidí dar un paso adelante por el buen funcionamiento interno de la bodega, para trabajar en la unión de todos los socios. Llevo como socia seis años y en las asambleas me preocupaba la desunión y el malestar reinante. Quería que eso cambiara y que todos los socios lleváramos la misma línea de trabajo.

Anteriormente, he trabajado en una asesoría donde he gestionado numerosa documentación agraria, en una escuela-taller del Ayuntamiento de Socuéllamos y hace algo más de un lustro, por la herencia de mis padres y la actividad de mi marido, me hice agricultora y socia de la bodega. Además, uno de los socios fundadores era mi abuelo.

P.- ¿Pesa mucho el hecho de ser la primera mujer en la presidencia del consejo rector de la segunda bodega más grande de Europa?
R.- Me nombraron a mediados de diciembre y hasta ahora no me he dado cuenta, pero sí pesa, por toda la actividad de representación e imagen que lleva aparejada la presidencia de cualquier bodega, y más en nuestro caso, al ser una cooperativa de gran envergadura. En lo que es en sí el trabajo diario, no me pesa, ni mucho menos.

P.- Desde las elecciones del 12 de diciembre, ¿ha hecho una primera toma de contacto con trabajadores, comerciales y socios de la cooperativa, qué impresiones o conclusiones extrae de ello?
R.- Somos 740 socios y 38 trabajadores en periodo normal (en vendimia puede llegar casi a triplicarse). Tanto a unos como a otros les he transmitido tranquilidad, quiero que entiendan que la cooperativa es de todos los socios, que es una empresa viva donde aportar ideas y propuestas, yo soy la presidenta de todos, no solo de los que me votaron. A los trabajadores les he animado a seguir en la misma buena línea de trabajo que hasta ahora.

P.- Tranquilidad sí, pero ¿en qué sentido?
R.- En el sentido de que hemos estado unos años con muchas guerras internas, aunque mi afán no es otro que trabajar unidos y en paz. Además, en lo meramente económico y comercial siempre han ido las cosas bien y no ha habido ningún problema con los miembros del Consejo Rector.

P.- ¿Cuál va a ser entonces su línea de trabajo?
R.- Quiero que el socio vea la cooperativa como suya, porque se ha perdido el arraigo, que participe de nuevo en las asambleas generales, que pueda visitar la bodega; las puertas de mi despacho están abiertas para cualquier consulta u opinión. En el ámbito de la promoción y relaciones públicas, me gustaría dar a la bodega una mayor visibilidad, lo hemos tenido estos años un poco abandonado. Ahora, estamos pendientes de fijar la asamblea general de aprobación de cuentas, pero queremos celebrar asambleas informativas, cuando la situación sanitaria lo permita, para que los socios tengan un hilo más directo con la bodega.

P.- ¿Se ha reunido con el consejero de Agricultura? ¿Qué felicitaciones ha recibido?
R.- El consejero, Francisco Martínez Arroyo, me felicitó públicamente, pero aún no he podido reunirme con él (la fecha de esta entrevista fue el 18 de enero). Temas pendientes hay muchos, pero prefiero reservármelos mientras no se produzca ese encuentro. En cuanto a felicitaciones, he recibido muchas, como la de la alcaldesa de Socuéllamos, representantes locales de todos los partidos; presidentes de cooperativas y de asociaciones, etc. En este sentido, quiero agradecer públicamente todos los parabienes, porque es un apoyo que me están dando.

P.- ¿Qué retos se plantea la bodega para 2022?
R.- Para 2022 y venideros años, los principales retos son la mejora de las instalaciones, continuar apostando por el embotellado y la consolidación del comercio interior y la expansión del exterior, con presencia en más mercados internacionales.

P.- ¿Cómo ha sido y está siendo para Cristo de la Vega convivir con una pandemia? ¿Cómo están siendo las exportaciones, son más escrupulosos en determinados países?
R.- Durante la pandemia no hemos dejado de trabajar, lo que nos ha permitido mantenernos en ventas. Hemos sacado al mercado nuevos productos: nuestro Yugo Barrica, con 3 meses en roble americano; nuestro verdejo La Vida Bohemia que es el gran desconocido pero es una valiente apuesta por lo ecológico; y Despierta, dirigido al canal Horeca y de alimentación.
Es cierto que no se ha podido viajar, asistir a ferias, ahora a nivel europeo están siendo más selectivos y en el mercado nacional, nuestro gran baluarte, convivimos muchísimas marcas, por lo que deberemos apostar por contar con alguien en comercio exterior.

P.- En mayo se celebra Fenavin donde las bodegas expondrán todo su músculo y fortalezas, ¿con qué nos encontraremos en el stand de Bodegas Crisve y qué objetivos se han marcado?
R.- Os encontraréis con nuestra marca Yugo y La Vida Bohemia que es el ecológico, entre otras referencias. El fin no es otro que reforzar nuestra presencia en nuestro país y poder expandirnos a más mercados. Ya estamos concertando reuniones con importadores de Italia, Francia, China…

P.- ¿Existe algún mercado en concreto en el que Cristo de la Vega tenga un especial interés?
R.- Nos interesa especialmente Estados Unidos, en el que nuestra cuota de entrada no es demasiado elevada. Promocionaremos las 37 referencias que tenemos.

P.- Aún quedan pendientes varios puestos por ocupar como la gerencia…
R.- Así es, un director general y un profesional de comercio internacional. El equipo técnico debe ser el nexo de unión entre el Consejo Rector y los trabajadores. El director comercial se ocupará de todo lo referente al comercio, con dominio de inglés y si es una mujer, me han dicho que mejor.

P.- Entonces digamos que para Fenavin, ¿ya podría estar ocupada esa nueva dirección?
R.- Podría ser, me gustaría que fuese de Castilla-La Mancha por conocimiento e idiosincrasia de nuestras raíces vinícolas, pero no nos cerramos, ni mucho menos, a que venga de otras regiones.

P.- En la DO La Mancha existe un proyecto aún en estudio sobre la posibilidad de la venta de vino con DO en lata, para llegar a otros sectores de la población quizá más jóvenes, siempre que mantenga las cualidades y calidad del vino, ¿qué le parece esta idea?
R.- Sería una buena opción teniendo en cuenta cómo está el vidrio, por su escasez y, por consiguiente, la subida de costes. No obstante, es un proyecto muy reciente y creo que habría que profundizar y estudiarlo más detenidamente.

P.- ¿Le gustaría que su caso, en cuanto a paridad y el haber roto el techo de cristal, no fuese una excepción? ¿Por qué? Las cifras hablan por sí solas, más de un 90 % de cargos directivos en consejos rectores de cooperativas agrarias están ocupados por hombres, la representatividad de la mujer en los consejos rectores es de un 5,8%…
R.- A mi juicio, la existencia de hombres y mujeres en un Consejo Rector debería de ser al 50 % para que la balanza estuviese equilibrada. Las mujeres aportamos un punto de vista diferente a los hombres, tenemos en cuenta detalles que les pueden pasar desapercibidos a ellos. En este aspecto, animo a las mujeres a que se presenten, que me acompañen, en las próximas elecciones de Crisve. Todo ello no obsta para afirmar que los rectores que están conmigo en la actualidad son grandes profesionales de mi entera y total confianza.

Texto: Oliva Carretero Fotos: Ayer&hoy