Un nuevo tiempo, un nuevo futuro. Tal vez sean frases que se han escuchado en reiteradas ocasiones, pero son ahora verdaderamente cuando toman un valor que, hasta hace unos pocos meses, no podíamos ni imaginar en nuestras peores pesadillas.
Es difícil ponerse delante de un ordenador para escribir sobre qué perspectivas de futuro nos planteará el año 2021. Siempre es complicado acertar sobre un ejercicio económico. Más aún cuando esta maldita pandemia nos marca no sólo el futuro a más largo plazo, ni siquiera el cercano, sino que nos marca y casi arrebata el presente, el día a día de nuestras vidas y nuestras empresas.
El mundo de la empresa va de la mano en el sufrimiento con el resto de la sociedad y el daño que está ocasionando este virus, que parece que no quiere irse, va a tener unas consecuencias históricas para el conjunto de sectores productivos de esta provincia, de este país y del resto del mundo.
Esta crisis no sólo ha afectado a un sector, nos ha maltratado a todos, en primer lugar, a las familias que han perdido seres queridos, y en segundo lugar, a multitud de personas que han perdido sus empleos, con lo que esto supone para todos los que vivimos una situación similar en cada uno de nuestros hogares más cercanos.
Los empresarios de esta provincia, representados por la Federación Empresarial de Ciudad Real (FECIR) con sus asociaciones sectoriales y territoriales, desde el primer minuto, antes incluso de tomarse las medidas más extremas que ha sufrido este país en años, se puso a trabajar en defensa de sus empresas, en su mayor parte pymes, micropymes y autónomos.
No hemos dejado un minuto de nuestro tiempo en pedir, solicitar y exigir en cada una de las reuniones mantenidas (en su mayor parte online) con las distintas administraciones, en cuantos foros, y ante numerosas entidades, que la protección al empresariado suponía la salvaguarda del empleo, uno de los mayores valores en la actualidad.
FECIR ha trabajado, trabaja y redoblará todos sus esfuerzos en seguir en esta línea que ha supuesto atenuar un golpe histórico, del que muchas y cuando digo muchas son cientos, las empresas y autónomos que caerán debido a esta crisis sanitaria, económica y social.
Durante todos estos meses también, incluso en las situaciones más difíciles, hemos luchado para que los empresarios, en este camino tan duro, sintieran nuestro aliento, apoyo y asesoramiento; ahora, más que nunca, es el momento de la unidad, de la unidad de acción, porque ahora que el futuro se presenta con muy negros nubarrones, el trabajar juntos será fundamental para salir de una situación sin precedentes.
El futuro más cercano es difícil de saber. Todos desconocemos lo que pasará en unas horas prácticamente, con un virus que esperemos tenga un final rápido para volver a nuestra vida habitual, a poder hacer frente a nuestro día a día.
Las perspectivas no son muy halagüeñas, no hace falta conocer las cifras que diariamente tanto en el ámbito nacional e internacional como las más cercanas, nos sangran en lo más profundo, pero es ahora, y de forma urgente -pero siempre escuchando la voz del empresario-, cuando se deben tomar medidas, por muy duras que sean, que apoyen al sector empresarial.
Los empresarios hemos salido de otras situaciones complicadas y yo digo en muchas ocasiones que estoy seguro que saldremos de ésta, pero para ello es necesario, si no vital, que los EMPRESARIOS puedan tener todas las bazas y ayudas para que este reto no sea un último tren, sino una oportunidad para hacernos más fuertes.
El pago de los ICO en 2021 hará que la situación sea más complicada, si lo unimos a que los ERTES no se prorroguen en todos los sectores perjudicados y si a estas circunstancias le unimos la pérdida irreparable de empresas y la mortandad de autónomos, que además no gozan como en otros países de una segunda oportunidad, provocará una época de incertidumbre; éste es uno de los horizontes que más asustan a todos y principalmente, a los empresarios.
La Administración nacional (la regional y local están escuchando y dentro de sus competencias la mayoría están apoyando al mundo de la empresa) debe saber que las empresas y los autónomos tienen que tener los caminos abiertos para salir de esta crisis; no se puede gobernar contra los generadores de empleo con medidas que suponen escenarios tormentosos con reformas laborales, fiscales, financieros, que ahoguen una economía provincial y española que pasa por un momento trágico. Ante esto prudencia, confianza, ingenio, cercanía, compromiso, liderazgo, solidaridad y saber que este país no puede caer en una depresión social y económica durante años que nos haga perder una competitividad ganada durante los últimos años.