Desde que era un chaval, Ramón Orovio Céspedes se movía por el taller de orfebrería como pez en el agua, aprendiendo de su padre, Ramón Orovio de la Torre, y de los trabajadores de este noble oficio. Hoy en día, esta empresa, afincada en Torralba de Calatrava, son la historia viva de la orfebrería en España, sus piezas se cuentan por miles en las Semanas Santa señeras del país, como Sevilla, Málaga, Jerez, pero también Castilla y León, Extremadura… Reivindica la profesionalidad, la vocación y el arte del orfebre, un trabajo sin relevos, por lo que pide a hermandades y clientes poner un poco más en valor el patrimonio tan extenso y rico.

“No hay ningún punto de la geografía española donde nuestro trabajo no esté representado”

Pregunta.- Es hablar de oficios artesanos de Semana Santa y enseguida sale vuestro nombre, Orfebrería Orovio de la Torre, lleváis 30 años, fue tu padre quien empezó, ¿con qué estáis ahora, teniendo en cuenta la cantidad, variedad y diversidad de piezas con las que trabajáis?
Respuesta.-
Sí, la verdad es que realizamos muchos tipos de artículos para las hermandades y cofradías. Todo lo relacionado con la orfebrería, desde varas de presidencia, candelabros, candelerías, pasos, varales de palio, dagas que llevan las imágenes, en fin, multitud de piezas.


P.- ¿Trabajáis en toda España?
R.-
Nuestro taller es quizá uno de los más grandes que existe a nivel nacional. Contamos con una plantilla de 20 personas y para poder mantenerlo deben de entrar, como afortunadamente pasa, encargos de toda España. No hay ningún punto de la geografía donde nuestro trabajo no esté representado. La orfebrería de Orovio está presente en grandes e importantes ciudades de la Semana Santa española, como Sevilla, Málaga, Jerez de la Frontera, Córdoba, Huelva…, pero también tenemos trabajos en Valencia, Barcelona, Castilla y León, Extremadura, Madrid y evidentemente en Castilla-La Mancha.


P.- La orfebrería es fundamentalmente un oficio artesano y artístico. Para poder crear tantas y tan diferentes piezas, ¿cómo lo hacéis?
R.-
Para poder gestionar tanta cantidad de presupuestos, el taller dispone de diversos diseños con el fin de darle un poco de fluidez. Son diseños propios aunque, en ocasiones, las hermandades traen sus propios proyectos que también ejecutamos. Lo idóneo, por mi experiencia de más de 30 años, es que el diseño esté hecho por el profesional que lo va a materializar, porque una cosa es dibujarlo en un papel y otra muy distinta llevarlo a la realidad. Cuando la pieza la diseña el propio orfebre, prevé todos los pros y contras, pero muchas veces nos hemos encontrado con diseños fabulosos pero impracticables en la materia final.


P.- ¿Con qué material trabaja un orfebre?
R.-
Trabajamos con metales nobles. Normalmente, este tipo de piezas se realizan en latón. Sobre las láminas de metal, de 5 o 6 décimas de espesor, se realizan varios procesos: torneado, forjado, repujado y cincelado; una vez realizada la pieza, se pule y se le da un recubrimiento de plata o de oro, lo que conocemos como baño de plata o de oro.


En ocasiones, las piezas están hechas directamente en plata, para lo que trabajamos sobre una lámina de plata de ley del mismo grosor. El inconveniente del trabajo sobre plata es el coste, puesto que el kilo de latón supone unos 15 euros, que ya es un precio importante, y el de plata puede estar en torno a 800 o 900 euros, esa es la gran diferencia.


Tengo 48 años y llevo más de 30 dedicándome a la orfebrería; he conocido la plata a 30.000 pesetas, lo que ahora son 180 euros, pero ha experimentado una subida enorme. Cuando la plata estaba a ese precio, había más opciones de hacer un trabajo de orfebrería en plata de ley, hoy es más complicado.


Antes de la pandemia, una de las últimas piezas en plata de ley fue un sagrario; para mí, como creyente y orfebre, ha sido de las piezas más importantes. Es un sagrario de más de un metro de altura, de gran envergadura, se llevó más de 50 kilos de plata. La gente se quedaba extasiada por la grandiosidad de la pieza, creyendo que era para alguna catedral, cuando en realidad se quedó en Torralba. Lo sufragó una familia que no ha tenido descendencia. Se aprovechó toda la plata que poseían, se fundió, laminó y le dimos una segunda vida, lo que antes era una cubertería, ahora es la casa de Dios.


P.- ¿Qué es lo que más entra en el taller?
R.-
Hace 10, 15 o 20 años se realizaban muchas piezas grandes como pasos de palio y de misterio, pero esa tendencia está cambiando, ahora se elaboran artículos de menor envergadura. Ten en cuenta que estas obras son para toda la vida, por lo que a día de hoy creo que las hermandades están servidas en piezas grandes. No obstante, se siguen haciendo algunos trabajos de gran volumen; hace poco hemos entregado un paso de palio para la hermandad de la Sentencia de Úbeda muy elaborado y que nos ha ocupado muchas horas de trabajo, y acabamos de entregar otro paso de misterio para Socuéllamos, muy impactante por la envergadura y el diseño. Ahora estamos terminando el nuevo paso de la Virgen de la Esperanza de Ciudad Real, que considero va a ser el estreno más significativo de la Semana Santa de Ciudad Real 2023.


Aparte de esos proyectos, las hermandades están apostando, con muy buen criterio, por restaurar el patrimonio que tienen, que es tremendamente importante. En el pasado, se adoptaba la decisión de arrollar con lo viejo y comprar nuevo, pero los costes delos materiales y mano de obra,están haciendo que cada vez los cofrades sean más cautos y apuesten más por la restauración.


P.- ¿Orovio de la Torre es uno de los talleres de orfebrería más destacados de España?
R.-
Creo que sí, como te decía año tras año son cientos los pedidos que recibimos, aunque cada vez quedamos menos talleres. Esto es un oficio artesano, artístico y muy vocacional, tenemos la suerte de contar con una plantilla joven, siempre investigando y buscando cómo mejorar cada pieza.


Cada proyecto de orfebrería es un reto para nosotros pues, aunque todos puedan verse muy parecidos, estamos hablando de que en esta materia es todo muy ortodoxo, pero al final no hay nada igual. Como te comentaba, disponemos de una serie de diseños para orientar a las hermandades del trabajo que se puede hacer, así como de su precio, pero luego cada trabajo es diferente, tenemos en cuenta la idiosincrasia del lugar, de la hermandad, las medidas, las condiciones de ese paso…, son trabajos hechos a medida para cada hermandad.


Se han hecho tantos trabajos de orfebrería y en bastantes ocasiones por debajo de su precio, que, a veces y en el buen sentido, les digo a los cofrades que no valoran como deberían valorar estas piezas de orfebrería. Somos conscientes del gran esfuerzo de las hermandades para acometer este tipo de trabajos, pero ello no está reñido con el hecho de que muchas veces no se valoran las cosas como se debe. Llegará un momento en el que, quien quiera este tipo de piezas, lo va a tener difícil a la hora de encontrar a alguien que se la haga, y si lo encuentra, va a tener que pagar unos precios desorbitados. Insisto, no digo que no lo valoren, pero deben poner en valor más el patrimonio que tienen y apostar muchas veces por la restauración. Quizá en unos años, lo que ahora es muy fácil llegar a ello, una diadema, una jarra, un candelabro, dentro de un tiempo va a ser bastante más complicado, ¿por qué? por la escasez de profesionales de oficios.


P.- Pero Orovio seguirá por muchos años, ¿no?
R.-
Contamos, como he dicho, con una plantilla amplia y joven. Ahora lo que falta es tener trabajo suficiente durante todo el año. Estoy convencido de que conforme se vayan acabando los talleres que ahora hay, va a ser muy difícil encontrar el relevo. El Covid-19 fue muy complicado para el sector, sin procesiones ni actividad y con las hermandades hibernando. Además, el taller de orfebrería, en cierta medida, depende de pequeños talleres para sacar las piezas adelante, como entalladores, forjadores o fundidores que, en pandemia, o se han jubilado o han cambiado de trabajo y no hay relevo.


P.- El 3D, los nuevos diseños por ordenador, ¿han llegado a este oficio?
R.-
Es una tecnología que tenemos al alcance de la mano, y es lógico que hagamos uso de ello. Hoy en día todo el mundo utiliza el ordenador para la elaboración de los diseños, aunque gran parte de este trabajo se sigue haciendo a mano alzada. El 3D también se empieza a utilizar, sobre todo a la hora de escanear e imprimir modelos a diferentes tamaños, obtenemos un buen resultado para luego pasar las piezas a metal y si con ello ahorramos costes en el proceso, bienvenido sea.

Texto: Oliva Carretero Fotos: Ayer&hoy