Robos. En el campo, en las casas, en los establecimientos comerciales. ¿Hay muchos? ¿Pocos? ¿Estamos sembrando el pánico con este reportaje? ¿Debemos poner mil candados a las puertas, sembrar de minas nuestras fincas o rodear de alambradas eléctricas nuestros chalets? No es fácil dar respuesta a estas preguntas. Porque hasta las estadísticas fallan, se basan en datos parciales. Pese a ello hemos intentado hacernos una idea sobre la situación que sobre este asunto de vive tanto en el campo de la provincia como en las poblaciones. Para ello nos hemos basado en las informaciones publicadas en los periódicos y/o datos emitidos por los organismos oficiales y en las informaciones que nos han aportado algunos afectados directamente en sus bienes y, como siempre, en la opinión de la calle. Esto es lo que hay.

 

Preguntábamos a un agricultor de la zona qué opinaba sobre los robos que se cometen en el campo de nuestra provincia, reconociendo que hay muchos más de los que se llegan a denunciar. Incluso que a él le habían robado en una casa de campo. Igualmente decía que también varios familiares habían sufrido algún robo. Y matizaba, “nadie se interesa por los robos hasta que no se siente afectado directamente”. Algo así como ocurre con los accidentes de tráfico, o incluso con la muerte en su aspecto más amplio: son los demás los que se mueren, no yo. Y de hecho la sección de sucesos de los diarios se termina convirtiendo en un auténtico espectáculo morboso, como lo son las esquelas para esas personas que esperan, con avidez, que aparezca el nombre de los conocidos, en un recuadro en negro y con una cruz encima, para alegrarse de seguir, al menos por un día más que el otro, viendo la luz del sol.

Sin embargo a quien le desvalijan en unas horas una tienda entera o le dejan inutilizadas las instalaciones de su finca la broma le parece un poco pesada. Tanto como que puede ser su ruina total.
Al contrario de lo que sucede en las grandes poblaciones, los agricultores y ganaderos, esos seres empeñados en arrancar a la tierra nuestra comida y de quienes el Papa Juan XXIII dijo que ejercían el oficio más digno del mundo, sí son especialmente conscientes, y muy sensibles, a los robos que tanto les están afectando, llevando incluso a muchos de ellos casi a la ruina.

Son numerosas las noticias que constantemente aparecen en los medios de comunicación sobre este problema, y aunque las partes “oficiales” implicadas se manifiestan con gran cortesía y respeto, o diplomacia, con la sana intención de no ofenderse, no se progresa lo que se debiera. Son robos sin violencia, en general.

Pongamos un ejemplo sucedido el pasado mes de enero en la zona de Tomelloso y Argamasilla de Alba, donde se detenía a dos personas como presuntas autoras de 20 robos en casas de campo de esa zona. Las investigaciones de la Guardia Civil detectaron un vehículo sospechoso en las inmediaciones de varias casas de campo, descubriendo que el turismo se encontraba sustraído y denunciado en Alicante, por lo que se continuaron las averiguaciones para comprobar si ese vehículo pudiera estar implicado en los robos que se estaban cometiendo en la zona. Tras varios seguimientos y controles se identificó a dos varones vecinos de la localidad de Alcázar de San Juan. Entre lo sustraído, se encontraban inversores de instalaciones fotovoltaicas, herramientas de construcción, material electrónico y agrícola, ropa y calzado. Su modus operandi; fracturación del bombín de las puertas, otras veces cortando el vallado perimetral de la finca o fracturando ventanas, así accedían al interior de estas casas de campo.

En los meses más recientes varios medios publicaban, a través de la información facilitada por la Guardia Civil, otros sucesos recientes en la zona como la detención de tres personas por 24 robos en las provincias de Zamora, Toledo, Ciudad Real y Cuenca. La investigación de este suceso se inició gracias a la información obtenida mediante la colaboración ciudadana, donde los agentes tuvieron conocimiento que un grupo de personas estarían cometiendo varios robos, imputándosele delitos de pertenencia a grupo criminal, falsificación documental, delito de daños a vehículos, hurto de vehículos y robos. Los tres hombres, afincados en la localidad de Alcázar de San Juan, ya contaban con numerosos antecedentes por robos anteriores. Su modus operandi; alquilar una nave en una zona rural próxima al casco urbano que utilizaban para almacenar los objetos sustraídos. Además, cambiaban las placas de las matrículas de los vehículos, utilizaban inhibidores de frecuencia para dejar inoperativas las alarmas de los establecimientos hosteleros y las viviendas, utilizando herramienta especifica de cerrajería y extractores eléctricos de bombines para entrar.
Otro caso también ocurrido hace poco fue la detención de un vecino de la localidad de Tomelloso por cometer varios robos en establecimientos públicos de las localidades de Argamasilla de Alba y Tomelloso. Esta operación denominada “Arnés” se inició en marzo de 2019 cuando los investigadores detectaron un aumento de robos cometidos en establecimientos de hostelería, supermercados y tiendas de comestibles. Tras diversas gestiones realizadas por el equipo de investigación, se consiguió descubrir al autor que tenía una gran destreza a la hora de realizar estos actos delictivos. Su modus operandi; realizar un estudio del lugar elegido para detectar que sistemas de seguridad disponía el establecimiento como cámaras, alarmas, vigilancia personal, etc., planeando seguidamente el lugar de entrada y huida, siendo en la mayoría de los casos accediendo desde el tejado para entrar en el interior. Una vez dentro, forzaba con destornilladores, radiales, cortafríos o herramientas similares las cajas registradoras, máquinas tragaperras y cajas fuertes.

Y pondremos un caso más, cuando se detuvo a cuatro personas “in fraganti” robando en un piso de Alcázar de San Juan. Agentes de la Policía Nacional de la Comisaria de dicha ciudad, atrapaban a cuatro personas robando en el interior de un domicilio. Estos autores, mediante robo con fuerza, se habían apoderado de dinero en efectivo, relojes, joyas, móviles y ordenadores. ¿El motivo de pillaros “in fraganti”? Gracias a un ciudadano anónimo que dio la alarma a través del teléfono 091, alertando de que había varias personas tratando de forzar la puerta de entrada de un piso. Al llegar los agentes al lugar de los hechos, observaron como la puerta de entrada de uno de los domicilios del inmueble estaba forzada, comprobando que en el interior había cuatro personas revolviendo cajones y buscando entre los enseres, procediendo a su detención como presuntos autores de robo con fuerza.

Y bien, estos son solo algunos casos sobre robos, emitidos en los medios de comunicación a través de la información facilitada por la Guardia Civil, donde vemos varias de las formas de actuar, es decir, su modus operandi.

Y volviendo, o centrándonos en el tema del campo, ASAJA reclamaba hace unos años la entrada en vigor de la reforma del Código Penal para evitar los robos en el campo. El Comité Ejecutivo Provincial de la Asociación-Jóvenes Agricultores (ASAJA) de Ciudad Real instaba a los representantes políticos del Gobierno a que aprobasen la entrada en vigor de la reforma del Código Penal.
Los representantes de ASAJA han valorado siempre muy positivamente el trabajo y esfuerzo de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, en especial, de la Guardia Civil, con numerosas detenciones, pero “desgraciadamente, es una realidad que sigue habiendo robos en el campo y su labor debe estar respaldada por unas leyes firmes contra los delincuentes”.

Desde la asociación agraria recordaban que “resulta imposible de entender que delincuentes con decenas de detenciones por robos y asaltos no ingresen en prisión, lo que propicia que continúen con su actividad delictiva, arruinando la economía y la forma de vida de las gentes del campo”.

Esta situación llevó a que los propios agricultores y ganaderos a organizarse y, en algunos casos, proponer la creación de patrullas de autodefensa, algo no recomendable ni efectivo, pero que demuestra hasta qué punto llegó su desesperación. Estas declaraciones por parte de la asociación agraria se realizaban hace unos años, sobre todo cuando la crisis acechaba y se cometían muchos más robos.

Tras varios intentos, la organización agraria hacia un comunicado donde decía que: valoraba muy positivamente la publicación en el Boletín Oficial del Estado de la Ley Orgánica 1/2015, de 30 de marzo, por la que se modifica la Ley Orgánica 10/1999, de 23 de noviembre, del Código Penal, puesto que considera que es un gran avance con respecto a una vieja reivindicación de los agricultores que se veían hasta entonces desamparados por la normativa que existía.

Considerando que era igualmente un buen momento para que, no sólo desde ASAJA CLM sino también con todos los que han trabajado en esta lucha, se informe, de manera masiva y disuasoria, de la penas previstas para los ladrones y para los vendedores de material robado, así como de las medidas de protección para evitar perjurios a los propietarios, que superan el valor de los productos sustraídos, tal y como reconoce la Ley.

Esta nueva normativa supone además la disponibilidad de un instrumento para que los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado puedan desempeñar su trabajo y para evitar la grave desprotección e inseguridad para quienes sufren los hurtos y los robos.

Esta nueva legislación penal española, modifica la tipificación de los hurtos, que pasan a ser considerados delitos leves en vez de faltas, y se agravan el delito de receptación y la multirreincidencia.
Los hurtos contienen un aumento del castigo especialmente en tres casos. Primero, si el valor de lo sustraído es menor de 500 euros pero el robo provoca un perjuicio grave a la explotación, el delito será castigado con pena de 1 a 3 años de prisión. Asimismo, se considera también como delito de hurto agravado, sancionado con la misma pena, la sustracción de conducciones, cableado, o equipos de suministro eléctrico, de hidrocarburos o de telecomunicaciones.

En el caso de reincidencia, se contempla también un tipo agravado aplicable a los delincuentes habituales, que anteriormente eran condenados por faltas de hurto y ahora podrán ser condenados por un delito de hurto agravado castigado con penas de uno a tres años, cuando ya hayan sido condenados por tres delitos patrimoniales.

Y en el caso de robos con fuerza (para acceder o abandonar la explotación o ejerciendo violencia o intimidación en las personas), la reformad el Código Penal mantiene una pena de 1 a 3 años. Pero, cuando concurra la circunstancia especial de tratarse de productos agrarios o ganaderos, o de los instrumentos o medios usados para su obtención, la pena de cárcel aumentará de 2 a 5 años.
Otra novedad importante, también reclamada por ASAJA de Castilla-La Mancha, es la agravación del delito de receptación, es decir la compra de bienes robados. Desde la organización agraria se mantiene que los hurtos y robos en las explotaciones agrarias están directamente relacionados con las compra-ventas ilícitas que se realizan de los productos sustraídos, por lo que se consideraba muy positiva la incorporación de esta medida que está sancionada con una pena de uno a tres años de prisión, concluyendo así este comunicado.

¿Y qué pasa en las poblaciones y en la ciudad?.- En estas normalmente sólo se es consciente de los robos cuando le afecta a uno directamente. Y el caso es que son frecuentes. Pero muchas veces se toman como mero chismorreo. Pero debemos ser conscientes de que también nos puede tocar la china a nosotros o a cualquiera de nuestros hijos, bien porque en menos de diez minutos nos limpian el piso (en lo que tardamos en bajar a comprar el pan o recoger al niño del colegio) o porque un grupo de menores acorrale, sin necesidad de enseñar una navaja, a cualquier niño y le robe el móvil, o un anillo o cadena, sin que el padre se atreva a denunciar el hecho, ya que al ser casi imposible detener y condenar a estos asaltantes, muchas veces menores de edad, se prefiere que no se les moleste para que ellos se olviden definitivamente de la víctima y no le hagan la vida imposible durante meses. Como se ve hemos pasado del gran robo al pequeño atraco, sin olvidarnos de los carteristas, porque todo ello forma el pan nuestro de cada día.

Como lo es la entrada en garajes y el robo sistemático de objetos en coches, destrozo en éstos o robo de los mismos. Entre ellos, podemos poner un ejemplo sucedido, como el caso de varios individuos forzando y destrozando cerraduras de un garaje en una urbanización, destrozando coches, robando herramientas de uno de ellos, incluso llevándose un coche.

Sin embargo lo que el ciudadano de a pie le termina preocupando más es el robo, casi siempre sin violencia, del propio piso. Según fuentes policiales, así actúan en estos casos los ladrones: “Examinan el terreno, observan los movimientos de los vecinos, viandantes, comercios, bares y otros locales de la zona. Una vez fijado el objetivo, pasan a la acción y en cuestión de minutos desvalijan una vivienda. Se lleven el dinero, joyas y objetos importantes de su interés. En estos casos, la Policía Científica realiza una minuciosa inspección ocular dentro de la vivienda, en el rellano, portal y exteriores buscando pistas que les lleve hasta los autores. También insisten en la importancia de comunicar a la Policía si ven gente extraña merodeando y cerrar siempre con llave su vivienda.

A estas alturas al lector, o mejor, al ciudadano que se lo cuentan (¿te has enterado que a la vecina del segundo le han robado este medio día?), se le ocurre la siguiente pregunta: ¿Y la Policía que hace?

La realidad, y con la mano en el corazón, no nos cabe la menor duda que la Policía hace todo lo que puede. De la efectividad de la Policía tenemos cumplida cuenta.

Todo esto no es más que una pequeña recopilación de los sucesos que pueden ocurrir a diario, si bien, sabemos que este reportaje queda cojo si no preguntamos sus motivos y afanes a algún delincuente, pero ni hemos tenido tiempo ni ganas de hacerlo, con las que intentamos mostrar un panorama de lo que, al menos oficialmente, hay.

Finalmente, como cada mes, salimos a la calle y entrevistamos a un buen número de ciudadanos (cuyo resumen está en la página El Termómetro) con la intención de que opinasen sobre este problema social, centrándonos sobre todo en los robos en el campo. La mayoría de ellos destacando que “existen menos robos que hace unos años”. ¿A qué se debe? Tal vez a que hemos “pasado” esa crisis que teníamos hace unos años, tal vez también se deba a una mayor actuación y efectividad por parte de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad o tal vez gracias a la nueva ley mucho más endurecida para los delincuentes.

Datos oficiales sobre robos en el año 2018 en explotaciones agrícolas

Según los datos oficiales facilitados por la Secretaría de Estado y de Seguridad del Ministerio del Interior, apuntaban una disminución del 14% en los robos en el último año, aun así, siguen considerándose altos. La Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos sospechan que la reducción puede deberse en parte a que algunos hechos no se denuncian, pidiendo que se intensifiquen las medidas contra la delincuencia en el medio rural y para facilitar las denuncias.

Los datos del 2018 dicen que se denunciaron un total de 11.749 sucesos en explotaciones de todas las Comunidades Autónomas, suponiendo una mejora respecto al año 2017, cuando se alcanzaron los 13.660. Aun así, el pico más alto fue en el año 2012 cuando se llegaron a contabilizar 24.078.

Desgranando esos datos y centrándonos en nuestra región, Castilla-La Mancha pasó de 1.540 hechos delictivos en 2017 a 1.300 en el año 2018, una cifra que para la organización sigue siendo elevada. La provincia con más robos es Toledo con 512, le sigue Ciudad Real con 378, Albacete con 197, Cuenca con 146 y Guadalajara con 67, si bien es cierto, esta última provincia ha pasado de tener 40 en 2017 a los 67 del 2018. De todos los hechos delictivos, según datos, solo el 18,5% se resuelven. La Unión de Uniones destaca que, uno de los motivos de que haya disminuido es debido a que aún hay un ratio de esclarecimiento de los hechos demasiado bajo, es decir, ese 18,5%, por lo que muchos agricultores y ganaderos se desaniman a presentar denuncias. En Castilla-La Mancha el porcentaje de hechos esclarecidos está por debajo de la media, concretamente en un 16,4%.

Texto: Ayer&hoy/ASAJA/FFCCSE Fotos: Pixabay