Apenas acaba de empezar el año y ya nos encontramos en el mes de marzo, por lo que no podemos evitar pensar en nuestras próximas vacaciones de verano. Es verdad que mientras tanto tenemos otras en Semana Santa y otros días libres y festivos en los que podemos aprovechar para escaparnos. Pero todo sabemos que el gran viaje del año debemos planificarlo y contratarlo con antelación, incluso porque son muchas las empresas y agencias de viajes que lanzan ofertas para los más previsores. En esta ocasión, y dentro de las numerosas opciones que se nos presentan, vamos a optar por una de las más populares: hacer un crucero. Estos barcos tan impresionantes ofrecen una amplia oferta de restaurantes, ocio y entretenimiento, al mismo tiempo que podemos visitar numerosas ciudades y realizar toda clase de excursiones, por lo que su versatilidad convierte a los cruceros en una elección muy interesante. Hay rutas para todos los gustos, pero nosotros en esta ocasión vamos a recomendar uno de los más interesantes, especialmente por la estación del año: un crucero por los fiordos noruegos.
El verano es la época ideal para visitar los fiordos. La naturaleza alcanza su esplendor tras el largo y frío invierno, las cascadas fluyen a raudales y las temperaturas invitan a salir y disfrutar del buen tiempo. Contemplar las majestuosas montañas, admirar los fiordos de color azul profundo mientras los cruzamos suavemente en el barco, empaparnos de la cultura local, comer en los estupendos restaurantes locales o maravillarnos en alguno de los numerosos festivales que acogen las ciudades de la región, son algunas de las actividades que podremos realizar en este viaje al norte de Europa.
Hay más de mil fiordos en Noruega, pero los más emblemáticos, como el Nærøyfjord, el Sognefjord, el Lysefjord y el Geirangerfjord, se encuentran en la llamada Noruega de los fiordos.
Los fiordos parecen tranquilos lagos azules, pero tienen agua salada: son brazos prolongados de los mares, que a menudo alcanzan grandes distancias tierra adentro con majestuosos acantilados a ambos lados del fiordo.
Si los paisajes pueden parecer indómitos y salvajes, las zonas de fiordo son sin embargo fáciles de explorar a través de visitas guiadas. Hay pequeños pueblos esparcidos, y los senderos para dar un paseo por el glaciar o hacer una excursión por la montaña son abundantes. Todo esto podemos disfrutarlo teniendo como base de partida un auténtico hotel flotante, lo que hoy son esos cruceros que nos están esperando para vivir un viaje maravilloso este verano.
Los Fiordos
Patrimonio de la Humanidad
Los fiordos noruegos, representados por el Geirangerfjord y el Nærøyfjord, obtuvieron el reconocimiento de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco en 2005. «Su excepcional belleza natural deriva de sus paredes de roca cristalina estrechas que se alzan hasta 1.400 metros desde el Mar de Noruega y se extienden 500 metros bajo el nivel del mar. Las escarpadas paredes de los fiordos incluyen numerosas cascadas, mientras que ríos cruzan libremente sus bosques caducifolios y de coníferas hasta los lagos glaciares, los glaciares y las escarpadas montañas», destaca la Unesco. En 2006, National Geographic encargó a un grupo de expertos clasificar y premiar a los lugares más destacados del Patrimonio Mundial. Los fiordos noruegos resultaron ganadores, por delante de competidores como las Galápagos, las pirámides de Egipto, el Gran Cañón del Colorado, Angkor Wat y Machu Picchu.