En una acción promocional a la que solo se le suponían ventajas, la compañía aérea estadounidense Eastern Airlines introdujo un descuento del 50 por ciento en el precio del billete de avión para las esposas que acompañasen a sus maridos en sus viajes de negocios. La campaña fue un éxito, hasta que a alguien se le ocurrió que quedaría muy bien ofrecer en la publicidad algún testimonio de las esposas que hubiesen utilizado este descuento, así que mandaron cartas a todas ellas, pidiéndoles que, con el incentivo de un premio, escribiesen una breve nota sobre su experiencia. Sin embargo, el inesperado resultado fue que estuvieron mucho tiempo recibiendo numerosas cartas en las cuales las esposas que teóricamente habían acompañado a sus maridos se limitaban a preguntar: «¿Qué viaje?».