Entrevista Antonio Vallejo

Antonio Vallejo Cisneros es músico de profesión, hijo de músico, y ha ejercido en los diferentes tramos del sistema educativo, los últimos 25 años como profesor de Didáctica de la Música en la Universidad Complutense de Madrid, habiendo sido en su momento responsable de la puesta en marcha de la asignatura de Música en los colegios de la provincia de Ciudad Real, en el tramo de la Enseñanza Primaria, y siempre ha sido un entusiasta del carnaval en general, y del de Miguelturra en particular, ya que, aunque es natural de Argamasilla de Calatrava, desde los dos años vive en la localidad churriega.

Durante el carnaval hay una explosión de alegría y espontaneidad, y todo el mundo comparte lo que tiene»

Pregunta.- ¿Tiene algo que ver el carnaval con la música?
Respuesta.- Siempre tiene relación. Pienso que la música es un componente fundamental del mismo. El ambiente de esa fiesta genera un universo sonoro muy peculiar. La carcajada, el grito o el chillido típico en el carnaval, puede ser considerado ya como música. De entrada ya se cambian las voces, con variación de tesituras e intensidades. Y desde siempre muchas de las máscaras callejeras han utilizado diferentes tipos de sonadores e instrumentos musicales, principalmente los de percusión y viento como el saxo o la trompeta. Además, aquí en Miguelturra es habitual encontrarnos cada día con cuatro o cinco “charangas” que con sus músicas van animando la calle. Independientemente de ello, están los animados bailes del “Palacio del Carnaval” y el “Centro Obrero”.

P.- ¿Cómo y cuándo entró usted en contacto con el carnaval?
R.- Se podría decir que el primer contacto se produjo nada más nacer, y fue a través de mi familia, y más en concreto de mis abuelos. Mi familia siempre había vivido el carnaval con mucha intensidad, allá en Argamasilla de Calatrava, y después, al vivir en Miguelturra era casi obligado sumergirse en esa fiesta. Así que desde el principio no es que haya visto el carnaval, sino que lo he vivido. He convivido siempre con la máscara callejera.

P.- ¿Quiere decir que durante todo el año estaba esperando con impaciencia la llegada del carnaval?
R.- Por supuesto. El carnaval era y es una fiesta muy alegre y dinámica. Es también la celebración que más ha hermanado siempre a la gente del pueblo. Personas que apenas se relacionan a lo largo de todo el año, que pueden ser casi desconocidas, se convierten en íntimas durante esos días del carnaval. En esos días hay una explosión de espontaneidad y todo el mundo se abraza, se quiere y comparte todo lo que tiene. Parece como si naciera de nuevo la vida, …. es como una nueva primavera.

P.- ¿Es muy distinto a las fiestas patronales en las que también todos comparten numerosas actividades?
R.- No tienen nada que ver. Son diferentes. En concreto en Miguelturra las auténticas fiestas son los carnavales. Es cuando más se divierte la gente.

P.- ¿Cómo define usted el carnaval?
R.- Como he apuntado antes, es la espontaneidad pura, la alegría y la buena hermandad entre todos.

P.- ¿Qué relaciones oficiales ha tenido usted con esta festividad?
R.- Hacia mediados de los años 70 nos reunimos un grupo de jóvenes de la localidad, ayudados por otras personas de más edad, al objeto de intentar dar a estas celebraciones un cierto empuje que nos parecía necesitaba la fiesta, y ello sin romper nunca con su esencia, que creemos está en la máscara callejera. Así nació la Asociación Cultural de Peñas del Carnaval, que pronto dio lugar a varios grupos diferentes, puesto que pensamos sería más interesante que hubiese diversas peñas a que solo hubiese una muy grande. Pronto fueron más de diez Peñas, con nombres como “Viejas Glorias”, “La Chambra”, “La Cabra”, “El jamón”, “Siglo XXI”, “Los Segadores”, “El Bufón”, “El Sombrero”, “Artesanía Manchega…”

A partir de entonces se comenzó a diseñar una programación de actos que, sin romper la esencia de la máscara callejera, enriqueciesen las fiestas. Nuestros planteamientos no debieron ir mal orientados, dado que fueron seguidos por diferentes pueblos de nuestro entorno, lo cual creo que está bien. Esto, además, ha propiciado que peñas de distintas poblaciones participen en diversos desfiles, con lo que se da un intercambio de ideas muy interesantes y enriquecedoras. Aquellas iniciativas de todo el equipo humano que en aquella época formábamos la Asociación Cultural de Peñas del Carnaval de Miguelturra propició que estas celebraciones renaciesen en muchas localidades de la provincia, en las cuales estas fiestas se había apagado casi por completo.

P.- ¿Qué cree que tienen en común los distintos carnavales de nuestra provincia?
R.- Aunque soy muy de Miguelturra y lógicamente los carnavales no los vivo fuera de este pueblo, por las referencias que tengo sería la máscara callejera lo que más nos identifica, pese a los grandes desfiles de carrozas y comparsas de los últimos años, algo que, por otra parte, se debe a las peñas, las cuales se superan de año en año para que sus actuaciones y desfiles sean cada vez más brillantes. Sin embargo siempre ha habido algunos pueblos que se han diferenciado, caso de Malagón, Herencia o Almadén. En este último, por ejemplo, los carnavales siempre estuvieron muy relacionados con la parte musical.
Por otra parte las máscaras callejeras y los bailes de carnaval siempre han sido comunes a todos. Es importante destacar en Miguelturra los bailes que se daban en sus centros sociales, tanto en el Casino, donde se reunía la gente más acomodada, como en el Centro Obrero.

P.- O sea, que siempre ha habido carnavales de ricos y pobres.
R.- Yo creo que en Miguelturra no. Aquí, ya he comentado que siempre ha habido un gran hermanamiento entre sus gentes, y si hay algo que hace olvidar las diferencias sociales es la máscara callejera, esa esencia de nuestro carnaval. Con el disfraz se “igualan los centenos”.

P.- ¿A qué se debía su prohibición durante le época de Franco?
R.- Quizá la causa de que se prohibiesen las máscaras pudo deberse a tratar de evitar que alguien pudiese realizar algún hecho delictivo, amparado en el anonimato de la máscara. Sin embargo en Miguelturra, según siempre han referido las personas de más edad, nunca se pudo evitar que las máscaras salieran a la calle.

P.- ¿Cómo ha ido evolucionando el carnaval, según usted lo ha conocido?
R.- Ante todo vuelvo a decir que en Miguelturra se ha conservado la esencia, que es la “máscara” que con agudo ingenio y alegría va dando “broma” a la gente. A veces, incluso a personas que no conoce, y con ello no solo se divierte sanamente, sino que hace divertir al vecindario. La evolución se podría decir que ha ido más bien dada por los diferentes actos organizados, el brillo de los disfraces, con la elaboración de ricos trajes o los grandes desfiles. Todo esto es algo en lo que se ha ido ganando año tras año.

P.- Tal vez se deba a la apuesta de los ayuntamientos por atraer gente a la población. ¿Es bueno este apoyo institucional?
R.- Sí. Todos los apoyos, los concursos y subvenciones son un buen complemento. Pero no es lo esencial. El carnaval es algo espontáneo que nace de la gente en la calle. Pero ese apoyo de las instituciones puede facilitar que se consigan cosas como que un carnaval sea declarado de Interés Turístico Regional, como es el caso de Miguelturra, o incluso nacional.

P.- ¿Por qué se entierra la sardina cuando lo que se tenía que enterrar es un cochinillo?
R.- Precisamente este acto simbólico es tradicional en muchos de los pueblos de España. Creo que se podría interpretar como un desafío o una burla a la prohibición de comer carne que, en tiempos pasados, emanaba de la Iglesia. Tal vez se trate de una ironía más en estas celebraciones populares.

P.- ¿Usted ha hecho algún estudio concreto sobre el carnaval?
R.- Sí, algo he investigado sobre ello. Además en alguna ocasión se me ha invitado a participar en congresos sobre esta manifestación de la cultura popular, entre ellos en Cádiz. Allí hablé precisamente sobre nuestra máscara callejera, esa identidad del carnaval manchego, y les sorprendía bastante, sobre todo cuando contaba anécdotas o mostraba vídeos grabados en nuestras calles. A los investigadores y representantes de los carnavales de fuera de España les encantaba ver y escuchar las simpáticas ocurrencias de las máscaras callejeras churriegas.

P.- Parece ser que en los últimos años el carnaval está cambiando el día por la noche.
R.- Sí. No sé si será bueno o no, pero antes el carnaval se celebraba más durante el día. Ahora muchos jóvenes comienzan a salir cuando las máscaras callejeras ya se retiran.
En este sentido creo que está cambiando y no sé si para bien. A veces la animación juvenil aparece mayormente una vez entrada la noche, y esta es una tendencia que se puede apreciar cada vez más en las celebraciones de otros lugares de España, en las que los jóvenes son sus protagonistas. También en Cádiz se quejan de eso. Y al parecer algo así también ocurre con “La madrugá sevillana”.

La noche anterior a los días festivos es cuando más se llena la población de jóvenes forasteros. Tradicionalmente el carnaval comenzaba el domingo, continuaba el lunes y alcanzaba su mayor apogeo el martes, terminando con el “El entierro de la Sardina” del miércoles de ceniza, pero en las últimas décadas se han ido añadiendo días, comenzando el primer viernes con el “Pregón” y finalizando el “Domingo de Piñata”, dejándose únicamente el jueves intermedio para el descanso en la celebración de nuestros carnavales.