Luis Díaz-Cacho Campillo, nacido el 23 de junio de 1963 y natural de La Solana, es Licenciado en Filología Clásica y cuenta, más allá de un largo recorrido político, con una dilatada trayectoria como poeta y escritor. Ha obtenido varios premios literarios, tanto en prosa como en verso, ha escrito 15 libros y ha participado en más de 20 libros colectivos. Es miembro cofundador del grupo literario Pan de Trigo de La Solana desde su creación en el año 1989 y también es miembro de la Asociación de Escritores de Castilla-La Mancha.

“Escribo por si mis poemas pudiesen, en algún momento, salvar al lector que me está leyendo”

Pregunta.- Muchos le conocen por su trayectoria política, en los últimos años como alcalde de La Solana y ahora como asesor en materia de administración local y desarrollo rural de la ministra de Política Territorial y portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez. Pero, cuéntenos, ¿quién es Luis Díaz-Cacho Campillo como poeta y escritor? y ¿en qué momento le llegó la afición por la escritura?
R.-
Luis Díaz-Cacho es una persona normal, como muchas otras, a quien le gusta poner en un papel los sentimientos, las sensaciones, las emociones y todo lo que ocurre alrededor. Captar la esencia de la vida y de la cotidianeidad en mis escritos y en mis poemas. He escrito desde muy temprana edad. En la adolescencia, como la mayoría de los y las jóvenes, poemas de amor. Luego dejé de escribir durante algún tiempo. Fue la muerte repentina de mi padre, cuando yo tenía 21 años, la que me devolvió a la poesía y a la palabra como refugio donde plasmar mi dolor y mi desolación.


P.- Profundizando un poco más, díganos, ¿por qué escribe? y ¿qué le transmite a usted la poesía, y, sobre todo, que quiere transmitir a sus lectores?
R.-
La poesía me salvó la vida. Me la salva cada día. Amanecer con un poema entre las manos me alienta el ánimo vital para avanzar por el camino. Escribo porque necesito escucharme para intentar comprenderme. Comprenderme con mis cambios y en mis cambios; en las circunstancias propias y en las ajenas; porque no es sencillo transitar cada día en medio del tumulto. Escribo para dejar en verso mi manera de ser y de comportarme, mi manera de entender la futilidad de mis días. Escribo por si mis poemas pudiesen, en algún momento, salvar al lector que me está leyendo. Y escribo porque creo en la palabra, siempre, ante todo, para poder propiciar la convivencia que dé sentido a nuestras vidas. A mis lectores pretendo trasladarles mis sueños, mis anhelos, mis sentimientos y mis emociones. Mi anhelo por conseguir la paz en todos los rincones del mundo. Mi compromiso diario con la convivencia a lo largo de la faz de la Tierra. Mi amor impregnándolo todo por doquier. Y mi lucha constante por la igualdad de todas las personas del mundo.


P.- También es coordinador de los encuentros Oretania para poetas desde sus inicios en el año 2009. Cuéntenos, ¿qué es el Grupo Oretania y cuál es la función de este grupo?
R.-
Tengo el enorme honor de coordinar los Encuentros Oretania de Poesía desde el inicio en el año 2009, en plena crisis económica y financiera. Mi buen amigo Julio Criado y el Grupo de Comunicación Oretania siempre han confiado en mí para ello. El Grupo Oretania es el compromiso de dos “locos-cuerdos”, Julio Criado y Luis Díaz-Cacho, con la palabra, con la poesía y con la Cultura de la provincia de Ciudad Real. Pretendemos visualizar la poesía y a las y a los poetas de la provincia organizando encuentros temáticos anuales. Hemos escrito sobre la palabra, el agua, el amor, la poesía erótica, Don Quijote, la poesía picaresca o satírica, la poesía social, el vino, la fe o la duda, la poesía, el barro, el medio rural, contra la violencia de género.


P.- Asimismo, fue miembro cofundador del grupo literario Pan de Trigo de su pueblo, La Solana, en 1989. ¿Qué recuerdos tiene de esos años?
R.-
Fue una etapa de mi vida inolvidable. Aquellos primeros poetas (Domingo Fernández, Rosa Marín, Luis Romero de Ávila, Ramona Romero de Ávila, Antonio Romero de Ávila, Santiago Romero de Ávila, Lidia Gómez-Pimpollo, Jacin Lara, Paulino Sánchez, Ramona Serrano y yo) que nos reuníamos entonces en la antigua Casa de Cultura, éramos felices con lo que hacíamos, compartíamos nuestras creaciones, nos aconsejábamos los unos a los otros, organizábamos actividades permanentemente y nos reuníamos todas las semanas. Marcamos una hermosa senda por la que después han ido discurriendo muchos otros poetas y escritores.


P.- ¿Cuál fue su primer libro y que sintió al verlo publicado por primera vez? ¿Qué quiso transmitir en ese primer libro?
R.-
Mi primer libro es un libro de cartas de amor: “En mi nube de algodón”. Lo publiqué el 14 de febrero de 1995, el día de San Valentín. Lo dediqué a mi madre y a mi mujer. Un libro muy artesanal, a base de fotocopias y con la portada hecha en imprenta. La portada y los dibujos realizados por mi querida amiga María Eugenia Serrano. Un lujo de acuarelas. Un libro muy especial. Mi primer libro. Pensaba que difícilmente publicaría después otros libros. Y mira. Soy un privilegiado como poeta. He tenido la suerte de tener editor desde entonces. Primero Ediciones Soubriet de Tomelloso y después desde el año 2009 la editorial C&G de mi querido amigo Julio Criado de Puertollano. A ellos les debo la confianza que han depositado en mí. Y a mi amada Mavi el apoyo incondicional a mi locura por la poesía.


P.- ¿Cuántos libros ha escrito y con cual siente un cariño especial?
R.-
He publicado 15 libros: cuatro de Cartas de Amor, uno de Relatos Breves y 10 de Poesía (3 de ellos juntamente con otro autor, con Pilar Serrano de Menchén, con Luis Romero de Ávila y con Nemesio De Lara). He participado hasta la fecha en más de una veintena de libros colectivos. Cada libro es único y especial. Guardo mi cariño por todos y cada uno de ellos. Todos son diferentes y en ellos se va viendo la evolución del autor. Pero si tuviese que elegir uno de ellos me quedaría siempre con el primero, “En mi nube de algodón”. No concibo la vida sin amor, sin el amor de mi compañera de camino y de viaje, sin el amor a cuanto y a cuantos me rodean.


P.- Su último trabajo, ‘Vivir cada día’, es un libro de poemas de crecimiento personal para entender las circunstancias que nos rodean y los estados de ánimo que nos condicionan. ¿Cuáles son los pilares fundamentales, en que se ha basado y que refleja en este poemario?
R.-
La vida es lo único que tengo, que tenemos. El instante preciso que compartimos. El momento puntual en el que estamos. Ayer es pasado. Y mañana aún no existe… Solamente me queda el segundo exacto que compartimos. De esto va el libro, de reflexionar sobre nuestro papel en la vida y en la existencia; sobre compartir y convivir cada día a manos llenas y corazón encendido.


P.- ¿Qué diferencia a este libro de otros que haya escrito anteriormente?
R.-
Cada libro es único e irrepetible. Este es un libro diferente, trascendente, espiritual, reflexivo, una comunión conmigo mismo y con lo que me rodea. Un canto a la vida, a vivir el instante y compartirlo con los demás. Un canto al amor.


P.- Suponemos que mientras pueda seguirá escribiendo hasta el final de sus días, pero, el día que deje a un lado la política, ¿qué le gustaría hacer? ¿tiene sueños pendientes por cumplir?
R.-
El día que deje la política intentaré seguir siendo yo mismo, como hasta ahora, como cada día. Seguir siendo uno mismo esté donde esté es muy importante para mí. No cambiar. Mantener la relación con mis amigos de toda la vida. Recuperar espacio familiar y personal es una obligación y preparar una antología poética de toda mi obra, un proyecto que no deja de rondar por mi cabeza. Tengo muchísimos poemas que no han visto la luz y me encantaría poder compartir con los demás.


P.- Para finalizar, nada mejor que hacerlo con una de sus poesías. Adelante, y gracias.
R.-
He de vivir la vida intensamente: “He de vivir la vida intensamente como si de un instante a otro todo fuese a perecer. Saber comprender donde ubico el espacio y el tiempo que es mío. Amanecer cada día como si de nuevo naciese y alrededor descubriese las cosas. La tarde, en un hilo de luz, difuminando soles para arrancarle unas horas más al calendario. De pronto, el momento, incluso ya, es ayer, pasado en el camino. Y mañana aún no existe. Todo es tan breve que me cuesta comprender y comprenderme en mitad de la nada. Tan sólo quiero ser uno más disponiendo de lo que es mío: mi tiempo y mi vacío en la historia. Ni siquiera pretendo ser gloria de mí. Caminar despacio contemplando el paso de las nubes es mi anhelo. Cómo discurren sin cesar sobre un mismo cielo alrededor de un “algo” que nos contempla. A decir Dios ni siquiera me atrevería en este instante. Quizás en el hálito final todo comprenda. Mientras tanto quisiera ser tan sólo Luis. Levantarme cada día y poder decir: ‘un día más estoy aquí. Quiero vivir’”.

Texto: Juan Diego García-Abadillo. Fotos: Cedidas por Luis Díaz-Cacho