El sobrepeso y la obesidad se han convertido en una de las principales preocupaciones de salud pública a nivel mundial. Sabemos que la obesidad se relaciona con patologías como la hipertensión, la diabetes, patología osteomuscular, neurológica, pulmonar, gastrointestinal y hepáticas. La prevalencia del sobrepeso y la obesidad ha ido en aumento en las últimas décadas, en todo el mundo y en todos los grupos de edad, incluidos niños y adolescentes.

Las vacaciones pueden ser un momento complicado para mantener un peso saludable, especialmente si te encuentras lidiando con el sobrepeso. Durante este tiempo, es común que se relajen las rutinas y se consuma más comida, a menudo menos saludable, lo que puede llevar a un aumento de peso. Pero más allá de esos kilitos de más que podemos llegar a coger en época estival, el sobrepeso y la obesidad es una enfermedad compleja y multifactorial en la que influyen los factores relacionados con el estilo de vida. El sedentarismo junto a otros malos hábitos alimentarios, estrés diario, ansiedad y factores endocrino-metabólicos y genéticos, suponen en muchas ocasiones grandes trabas para los pacientes.


El tratamiento del sobrepeso y la obesidad generalmente implica un enfoque multidisciplinario, en el que varios profesionales trabajan en conjunto para ofrecer un plan integral que incluya dieta, ejercicio, apoyo emocional y, si es necesario, tratamiento médico. Entre esos profesionales se encuentran el endocrino, el nutricionista o dietista, el psicólogo y un profesional de la actividad física.


El sobrepeso y la obesidad son diagnósticos englobados dentro de la condición de exceso de peso, siendo distintos grados de una misma situación. La clasificación que más se utiliza para determinar estos grados es el índice de masa corporal (IMC), que consiste en una fórmula que relaciona el peso que tiene la persona con su altura y las unidades para expresarlo son kilogramos por metro cuadrado (kg/m2). De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud el IMC sería normal en valores inferiores a 25 kg/m2, sobrepeso entre 25 y 29.9 kg/m2 y obesidad con valores iguales o superiores a 30 kg/m2. Es importante destacar, señala el doctor Javier Gargallo, especialista en endocrinología de Quironsalud en Ciudad Real, “que el sobrepeso y la obesidad se determinan por el exceso de grasa corporal y no por el peso en sí mismo, por lo que hay que tener en cuenta las limitaciones que el IMC puede tener en algunas personas para definir el diagnóstico”.


Las causas que producen el sobrepeso y la obesidad son muchas y variadas, normalmente no siendo una única la que la produce. “Hay factores ya conocidos como son los genéticos, psicosociales y el propio ambiente obesogénico en el que vivimos y factores probablemente todavía pendientes de conocer” indica Gargallo. En último término se produce un desequilibrio entre el aporte de calorías que se realiza a través de la dieta y el gasto calórico del paciente. “Algunos de estos aspectos se van modificando a lo largo de la vida y múltiples situaciones pueden influir en esta inestabilidad, por lo que es necesario conocer estos factores y detectar los que puedan influir negativamente sobre este equilibrio” apunta el endocrino. Igualmente existen causas que contribuyen a que se mantenga o empeore la situación de sobrepeso y obesidad cuando se va ganando peso, llegando un punto en el que la obesidad en sí misma y las alteraciones asociadas dificultan la pérdida de peso.


Las enfermedades con las que se ha relacionado la obesidad son múltiples y muy numerosas. Se presentan situaciones que dependen más del efecto mecánico del exceso de peso como pueden ser los problemas articulares o la apnea obstructiva del sueño. Por otro lado, están las alteraciones más relacionadas con la situación metabólica del paciente como “la diabetes mellitus tipo 2, el hígado graso, la hipertensión arterial o la hipercolesterolemia, que conllevan un aumento del riesgo cardiovascular y, por lo tanto, un aumento de los eventos como pueden ser el infarto o el ictus” señala el especialista en endocrinología de Quironsalud en Ciudad Real.


También hay una relación de la presencia de sobrepeso y obesidad con múltiples patologías oncológicas como “el cáncer de mama, colon o páncreas por citar algunas”. A remarcar igualmente un impacto claro en la calidad de vida de los pacientes con limitaciones en algunos de ellos para el desarrollo de las actividades de la vida diaria.

¿Cuándo se debe acudir al especialista?.- Cualquier persona que detecta que no está siendo capaz de controlar la ganancia de peso ni de poner los medios para corregirlo debería consultar con su médico para valorar la situación, evaluar el impacto y explicar adecuadamente al paciente el diagnóstico y el tratamiento, donde se incluyen además las medidas de estilo de vida. Javier Gargallo apunta que dentro de las especialidades médicas de Endocrinología y Nutrición se realiza un estudio más específico de esta patología, si bien, “ante la frecuencia y el impacto de la obesidad, todas las especialidades deben estar concienciadas, iniciar el tratamiento si lo consideran y derivar cuando a su criterio sea necesario al endocrinólogo”.


Asimismo, hay que diferenciar claramente que dentro de los factores que causan y mantienen el sobrepeso y la obesidad existen algunos que no son modificables, y, por tanto, sobre los que no se puede actuar, y otros que sí lo son. “Este es el motivo por el que insistimos en que el pilar fundamental de la pérdida de peso es una modificación del estilo de vida adecuada y que pueda mantenerse en el tiempo” indica Gargallo.


Esta adaptación pasa por disminuir la ingesta de calorías, así como aumentar la actividad física y limitar los factores que ponen dificultades para que se consigan los objetivos marcados. Dado que el objetivo es una adecuación del estilo de vida, la intervención de un nutricionista para la adaptación de la alimentación sería básico en el tratamiento de estos pacientes.


La nutricionista Blanca Calatayud, de Blanca Calatayud Centro de Nutrición, considera que las principales causas del sobrepeso y la obesidad son la mala alimentación y, relacionada con esta, “la falta de medidas legales con la industria alimentaria que evite que haya publicidad engañosa con lo que comemos, además de la falta de ejercicio por el estilo de vida que llevamos”.


Las consecuencias para nuestra salud de estos malos hábitos, indica Calatayud, pueden ser muy graves, “ya que existen muchas patologías como la diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares (la primera causa de muerte en nuestro país), o problemas derivados de la obesidad como pueden ser los articulares, óseos, etc. Además, el estado anímico influye mucho a la hora de que una persona pueda coger peso y, por lo tanto, se tienda a tener ciertas patológicas”.


El principal objetivo de un nutricionista es hacer que las cosas perduren en el tiempo, es decir, ayudar al paciente a mejorar su estilo de vida y sus rutinas para una pérdida de peso realista, sin prisas y sin nada milagroso. Los cambios que hagan deben ser para que puedan mantenerlos a largo plazo, por tanto, tienen que disfrutar de lo que se les propone y ser conscientes de que hace falta un esfuerzo. “Cuando tienes un problema y quieres arreglarlo, es un proceso que lleva tiempo y el paciente tiene que ser consciente de ello, sabiendo que tiene un problema de salud que no se arregla en un día, sino que se arregla con tiempo y con cabeza”, señala Calatayud. Por lo tanto, “nuestro trabajo es orientarles y ayudarles a informarse bien, ya que, hay mucha desinformación, y debemos enseñar al paciente a elegir buenos alimentos, buenas rutinas y ayudarles a que las instauren en su día a día”.

Más allá de lo estético está nuestra salud.- La decisión de bajar de peso puede estar motivada por razones estéticas, de salud, o una combinación de ambas. Sin embargo, es crucial considerar que la salud debería ser la prioridad principal. “Una cosa lleva a la otra, nos guste o no, la mayoría de la gente viene buscando una pérdida de peso porque no se ven bien, pero no son tan conscientes de que ese sobrepeso les va a hacer daño en diferentes articulaciones como las rodillas o los pies, o les va a hacer daño al corazón”, apunta la especialista en nutrición Blanca Calatayud. Muchas de esas personas cuando vienen a nuestro centro de nutrición lo hacen por un problema estético de que no se ven bien o porque el médico les ha dado un toque de atención, y, precisamente, “nuestra labor es enseñarles de que no solo es cuestión de estética, sino que estamos hablando de calidad de vida, de salud y de prevenir muchísimas patologías relacionadas con el sobrepeso”.

Dietas milagro no, cambio de rutina sí.- Podríamos decir que cada año, sobre todo con el ‘boom’ de las redes sociales, aparecen nuevas dietas milagro basadas en la pérdida rápida de peso. Pero, ¿qué pasa después con ese paciente que realiza este tipo de dietas durante un determinado periodo de tiempo? Diferentes investigaciones y estudios afirman que, el 95% de las personas que hacen estas dietas rápidas, en menos de un año, han recuperado todo su peso o incluso lo han superado. La nutricionista indica que “el efecto rebote es tremendo, y las investigaciones así lo demuestran. Además, son dietas muy estrictas que te sacan de tu ambiente, difíciles de seguir y que no te están enseñando a comer bien”.


Basándonos más en la evidencia, señala Calatayud, todo indica que lo mejor es que no se les plantee a los pacientes ningún tipo de dieta, sino que cambien rutinas. Por lo tanto, “hay que ayudar a esas personas a buscar que cosas de su día a día habría que ir modificando, saber porque no está consiguiendo su objetivo, ayudarlo a tomar decisiones, o, por ejemplo, a que sepa realizar bien la compra”. En definitiva, reeducar progresivamente a esas personas en sus hábitos del día a día.


El tema de la alimentación es muy importante, hay que informarse bien e ir a buscar esos alimentos que tienen sentido, es decir, “cuantas menos etiquetas mejor, ya que la comida más sana generalmente no lleva etiqueta: las frutas, las verduras, el pescado fresco, el aceite de oliva, los ajos, los frutos secos…”. Hay que hacerle entender al consumidor por donde tiene que ir y que no vaya buscando palabras industrializadas como ‘light’, ‘bajo en grasas’, ‘sin azúcar añadido’, ‘proteína’, ‘colágeno’… “porque muchas veces no sabemos realmente lo que compramos y lo que comemos basándonos mucho en una etiqueta y fijándonos en nutrientes que desconocemos” concluye Blanca Calatayud.

El apoyo mental y emocional.- Como ya hemos explicado, dado que el sobrepeso y la obesidad es multifactorial, es fundamental que el abordaje también lo sea. Por ello, es necesario contar con el máximo de especialistas de distintas áreas que se impliquen en la misma. Contar en nuestro proceso con la parte psicológica también es de gran ayuda al ser la ansiedad y la frustración, o un inadecuado manejo de estas situaciones y la perpetuación de hábitos no saludables, importantes factores que dificultan al paciente conseguir los objetivos.


Los aspectos psicológicos relacionados con la obesidad pueden ser: estrés en el trabajo, baja autoestima, mala imagen corporal, no aceptación, problemas de pareja, dilemas no resueltos, miedos y frustraciones, así lo señala Marta Ruiz, psicóloga de Quironsalud en Ciudad Real.


Las personas con obesidad muchas veces tienen problemas en la aceptación de su cuerpo, elevada crítica, vergüenza y poco autocuidado. “La línea de intervención que tenemos que seguir para trabajar la autoestima en estas personas es principalmente la de trabajar en la aceptación del cuerpo, las verbalizaciones negativas que realizan sobre su propio cuerpo, tratar con respeto el cuerpo y descentralizarlo del peso numérico, promover acciones de autocuidado, cuidar el dialogo interior, potenciar sus luces y acariciar sus sombras con cariño sin la excesiva crítica y odio interno que suele predominar hacia esos aspectos de sí mismos que valoran como negativos” señala la psicóloga.


Hay que entender qué causas pueden estar relacionadas con la obesidad, “la obesidad es como un iceberg, la punta del iceberg es la obesidad, es decir, lo que todo el mundo ve, pero debajo, en lo más profundo, existen muchas causas, muchas de ellas psicológicas que son sobre las que nosotros vamos a trabajar”, apunta Ruiz.


Entonces, indica la psicóloga, nuestro trabajo va a consistir en varios factores como la identificación de hambre fisiológica y hambre emocional. Aprender a identificar las diferencias entre las señales de hambre y saciedad. Identificación y gestión de emociones. Autoestima y aceptación. Imagen corporal y autoconcepto. Fomentar el autocuidado y un dialogo interno más compasivo. Motivación y acompañamiento en el cambio de hábitos “llegando esto a ser muy difícil para ellos… sobre todo lograr que sean cambios mantenidos en el tiempo, por lo que tener el acompañamiento de un profesional es super importante para reforzar los pequeños cambios y avances y sostener a la persona emocionalmente en las dificultades que surjan en el proceso de cambio”, señala la psicóloga de Quironsalud en Ciudad Real Marta Ruiz.

Actividad física y deporte en manos de profesionales.- En cuanto a la actividad física, muchas personas con sobrepeso u obesidad tienen limitación para realizarla por múltiples causas (una de las principales los problemas articulares) por lo que una prescripción de ejercicio físico adaptada y adecuada para cada paciente es imprescindible para evitar lesiones y complicaciones.


Todo el mundo tiene a mano ropa de deporte y unas zapatillas para ponerse a correr, pero, al final, “no es cuestión de correr para estar en forma, sino estar en forma para poder correr, porque si tenemos sobrepeso y, además, no tenemos una buena técnica de carrera, lo único que podemos hacer es provocarnos algún tipo de lesión”, indica Javier Ortiz, entrenador personal de Javier Ortiz Rendimiento y Salud. Es más, si vamos al gimnasio y entrenamos por nuestra cuenta, “no sabremos si lo estamos haciendo bien, si lo hacemos a la intensidad adecuada, si estamos utilizando el peso que debemos, si estamos haciendo la mejor selección de ejercicios para nuestro objetivo… pues al final, cada persona tiene un objetivo, por eso siempre recomendamos que se pongan en manos de profesionales”, apunta Ortiz.


Al igual que el endocrino o el nutricionista les van a guiar en el proceso de pérdida de peso, los especialistas en ejercicio físico son los que van a poder colaborar en ese proceso. Una vez llegan a manos del profesional deportivo, “se debe realizar una valoración para ver como ejecuta esa persona patrones básicos de movimiento”. Por ejemplo, si puede hacer más flexión de rodilla, o más flexión de cadera, si sabe traccionar, si sabe empujar… y, a partir de ahí, “valoramos los niveles de fuerza que tiene en ese momento para diseñar un programa de entrenamiento, siendo lo ideal, uno específico para la persona en cuestión” indica Javier Ortiz.


Desde hace muchísimo tiempo se pensaba que lo mejor para la pérdida de peso era el ejercicio cardiovascular o aeróbico (andar, correr, montar en bici…) que hicieran que al final se sudara. Por suerte, como la ciencia va avanzando y los profesionales se dedican a investigar, “desde hace ya varios años se ha demostrado que lo más eficaz para la pérdida de peso son los ejercicios de fuerza. Obviamente, no única y exclusivamente ejercicio de fuerza, pero si una parte prioritaria dentro del ejercicio”, apunta el entrenador personal.


Asimismo, señala Ortiz, “lo ideal es realizar ejercicios multiarticulares, esto significa que se involucran muchos grupos musculares, ya que, cuantos más grupos musculares involucremos mucho mayor gasto calórico vamos a tener durante la sesión”. Asimismo, ejercicios compuestos donde involucremos la mayor parte del cuerpo posible, puesto que al final, en nuestro día a día, “la grandísima parte de los movimientos los hacemos multiarticulares implicando muchos grupos musculares”.

Beneficios de la actividad física.- Muchas de estas personas empiezan a hacer deporte porque tienen la motivación por las nubes y, en muchos casos, esta motivación les dura dos días, una semana o un mes. Cuando una persona tiene sobrepeso y quiere empezar un proceso de pérdida de peso, hay que hacerle ver que esto es un proceso a largo plazo. Es decir, “que sepa que en el punto donde se encuentra ha pasado un tiempo, ya sea por una etapa de estrés, de dejadez, de inactividad, de sedentarismo… que le ha hecho haber cogido sobrepeso. Entonces, al igual que eso ha sido un proceso en el que sin darse cuenta ha cogido un kilo tras otro y, de repente, tiene 15, 20 o 30 kilos de más, el proceso de la pérdida de peso requiere de tiempo también” indica Javier Ortiz.


Por lo tanto, lo importante es ser capaz de generar unos hábitos tanto a nivel de entrenamiento como a nivel de nutrición, que de eso ya se encargan los profesionales de la alimentación, que sea sostenible en el tiempo, ya que no existen ejercicios milagros al igual que no debería haber dietas milagro. “Es un proceso que nos debe acompañar el resto de nuestra vida y, por tanto, debemos hacerlo tan atractivo y tan llevadero que cuando hayamos conseguido nuestro objetivo y veamos que ha merecido la pena, no nos cueste ningún trabajo ni esfuerzo mantenerlo en el tiempo para poder mantener esos resultados” apunta Ortiz.


Algo en lo que incido mucho es que, “más vale muchos pocos que pocos muchos, es decir, a la persona hay que ponérselo fácil”. ¿Por qué? “Porque con el caos del día a día que solemos llevar, muchas veces sacar una hora y media tres veces a la semana para entrenar es muy difícil. Por eso hay que ponerlo fácil, con entrenamientos de 30 o 40 minutos que realmente sean asequibles para hacerlos en algún momento de nuestro día y, si un día no se puede, hacer 10 minutos” subraya Javier. Lo importante es que nuestro cuerpo tenga la información de que te has vuelto una persona activa y una persona con otra mentalidad.


En definitiva, empezar a ser una persona activa va a hacer que nuestros niveles de energía y vitalidad vayan aumentando, que los resultados que vayamos consiguiendo harán que nuestros niveles de autoestima se vayan viendo afectados de manera positiva y, obviamente, “vamos a encontrar probablemente menos dolores articulares, ya sean de espalda, rodilla, etc., porque les estamos quitando ese peso extra que tenemos en nuestro cuerpo”.


Y, al final, también veremos un resultado a nivel estético. “A todos nos gusta mirarnos al espejo y vernos bien, pero hay que hacerlo por salud, porque cuanto más saludable estemos mayor calidad de vida vamos a tener y, de regalo, te llevas la parte estética. Todos esos beneficios los vamos a encontrar a través del ejercicio”, concluye Ortiz.

Datos de sobrepeso y obesidad

En 2022, la Organización Mundial de la Salud (OMS) señalaba que 2.500 millones de adultos de 18 o más años tenían sobrepeso, de los cuales más de 890 millones eran obesos. Esto significa que el 43% de los adultos de 18 años o más (un 43% de hombres y un 44% de mujeres) tenían sobrepeso, lo que supone un aumento con respecto a 1990, cuando el porcentaje de adultos de 18 años o más con sobrepeso era del 25%. Desde 1990, la obesidad se ha duplicado con creces entre los adultos de todo el mundo, y se ha cuatriplicado entre los adolescentes. En 2022, 37 millones de niños menores de 5 años tenían sobrepeso y más de 390 millones de niños y adolescentes de 5 a 19 años tenían sobrepeso, de los cuales 160 millones eran obesos.


Por otro lado, la Federación Mundial de Obesidad (World Obesity Federation), la única organización global centrada exclusivamente en la obesidad, publicaba en 2023 su quinto Atlas Mundial de la Obesidad, que estima que para 2035, más de 4.000 millones de personas, es decir, casi la mitad de la población mundial, podrían vivir con sobrepeso u obesidad frente a los 2.600 millones de 2020. También advierte de un aumento significativo en la obesidad infantil, con casi 400 millones de niños que vivirán con obesidad en 2035.


En España, la prevalencia del sobrepeso y la obesidad sigue siendo un problema significativo de salud pública. Según los datos más recientes del Ministerio de Sanidad, aproximadamente el 16% de la población adulta presenta obesidad, mientras que el 37,8% sufre de sobrepeso, lo que significa que más de la mitad de la población tiene un exceso de peso. La obesidad es más prevalente en hombres (16,5%) que en mujeres (15,5%).


Texto: Juan Diego García-Abadillo. Fotos: Ayer&hoy/Pixabay