El mundo del coleccionismo es sorprendentemente diverso. Para muchos coleccionistas, se trata de una pasión profunda que les permite explorar y entender la historia, la cultura y el arte de diferentes épocas y lugares. Cada objeto coleccionado cuenta una historia, ya sea un disco de vinilo antiguo que evoca recuerdos de juventud o una antigua reliquia que despierta la curiosidad sobre civilizaciones pasadas. Otros se apasionan por coleccionar objetos cotidianos, como sellos, postales, botellas, o incluso juguetes retro. Además, con la llegada de las nuevas tecnologías, el coleccionismo se ha extendido al ámbito digital, con personas que coleccionan criptomonedas, arte digital u objetos de realidad virtual.
El coleccionismo se refiere a la práctica de reunir y acumular objetos o artículos de interés particular, ya sea por su valor histórico, artístico, sentimental o simplemente por placer personal.
Las colecciones pueden variar ampliamente y pueden incluir una amplia gama de objetos, como monedas, sellos, cromos, juguetes antiguos, arte, libros, antigüedades, automóviles, relojes, entre otros. Algunas personas coleccionan artículos específicos debido a su rareza o valor monetario, mientras que otras lo hacen por el amor a un tema en particular.
El coleccionismo puede tener diferentes motivaciones para las personas. Algunas personas coleccionan como una forma de inversión, ya que ciertos objetos pueden aumentar su valor con el tiempo. Otros coleccionistas están motivados por el deseo de preservar la historia y la cultura a través de objetos antiguos y raros. También hay personas que coleccionan como una forma de hobby o pasatiempo, ya que encuentran satisfacción en la búsqueda y adquisición de nuevos elementos para su colección.
En resumen, el coleccionismo es una actividad que implica acumular y apreciar objetos por diversas razones, y puede ser una forma significativa de conectarse con el pasado y disfrutar de la diversidad del mundo que nos rodea.
Historia del coleccionismo.- El coleccionismo es una práctica que ha existido durante siglos y ha desempeñado un papel importante en muchas culturas alrededor del mundo. La historia del coleccionismo es diversa y abarca una amplia gama de objetos y motivaciones.
Podríamos decir que los primeros coleccionistas fueron los reyes y faraones antiguos, que solían coleccionar artefactos y tesoros de otras culturas como signos de poder y riqueza. Ya en la Edad Media, los coleccionistas incluyeron a nobles y clérigos. Los objetos religiosos y artículos de lujo eran comunes en las colecciones de esta época.
En los siglos XV y XVI, el Renacimiento en Europa fue un periodo clave para el coleccionismo. Los coleccionistas privados comenzaron a reunir arte clásico, manuscritos y objetos de valor histórico y artístico. También surgieron las primeras galerías de arte. Asimismo, entre los siglos XV y XVII, con las exploraciones marítimas, los coleccionistas europeos comenzaron a adquirir objetos exóticos de otras partes del mundo, incluyendo obras de arte, especias, animales y objetos culturales.
Llegados al Siglo de las Luces, el XVIII, surgieron las colecciones enciclopédicas que buscaban abarcar todo el conocimiento humano. Estas colecciones incluían libros, arte, historia natural y artículos culturales. Y, en el siglo XIX, llega el auge de los museos, donde muchos coleccionistas comienzan a donar sus colecciones a museos públicos, contribuyendo al desarrollo de los museos tal y como los conocemos hoy en día.
Ya en el siglo XX, a medida que el conocimiento se expandía, el coleccionismo se vuelve más especializado, surgiendo coleccionistas dedicados a objetos específicos como sellos, monedas, arte moderno, juguetes, automóviles, etc.
Y finalmente, la era digital, la del siglo XXI, trae consigo importantes cambios. Con la llegada de Internet, el coleccionismo también se ha trasladado al ámbito digital. Las personas ahora pueden coleccionar objetos digitales, como criptomonedas, arte digital y otros activos virtuales.
En la actualidad, el coleccionismo continúa siendo una práctica popular en todo el mundo, y las personas coleccionan una amplia variedad de objetos por diversas razones, incluyendo el interés personal, la inversión financiera, el amor por el arte y la historia, entre otros motivos.
El fascinante mundo del coleccionismo.- El coleccionismo, esa apasionante y enriquecedora afición que ha capturado los corazones de personas de todas las edades y culturas alrededor del mundo. Desde sellos, postales y monedas antiguas hasta juguetes vintage y obras de arte contemporáneo, el acto de coleccionar objetos va más allá de simplemente poseer cosas. Se trata de una conexión con la historia, la cultura y la creatividad humana, un emocionante viaje que nos permite explorar el pasado mientras celebramos la diversidad del mundo que nos rodea.
En el corazón del coleccionismo yace una pasión por descubrir, aprender y preservar. Los coleccionistas, ya sean aficionados o expertos, dedican tiempo y esfuerzo para encontrar piezas únicas y significativas que a menudo cuentan historias profundas. Cada objeto coleccionado es un portal que nos transporta a una época diferente, ofreciéndonos una ventana a la forma de vida, las creencias y las tradiciones de nuestros antepasados.
Además de ser un pasatiempo enriquecedor, el coleccionismo también desempeña un papel importante en la preservación del patrimonio cultural. Los coleccionistas actúan como guardianes de la memoria, asegurando que objetos valiosos y significativos se conserven para las generaciones futuras. Gracias a su dedicación, muchos museos y galerías han adquirido valiosas colecciones que sirven como recursos educativos y fuentes de inspiración para las generaciones venideras.
El coleccionismo también tiene un impacto positivo en la economía, ya que impulsa el mercado de antigüedades y objetos coleccionables. Además, fomenta la comunidad y la colaboración entre personas con intereses similares. Las ferias y exposiciones de coleccionistas proporcionan un espacio donde los entusiastas pueden intercambiar conocimientos, establecer conexiones y compartir su amor por los objetos coleccionables.
Sin embargo, el coleccionismo va más allá de la mera acumulación de objetos. Requiere habilidades de investigación, paciencia y discernimiento para identificar piezas auténticas y valiosas en un mercado a menudo complejo y cambiante.
El coleccionismo es un viaje personal que nutre nuestra curiosidad, enriquece nuestras vidas y nos conecta con el vasto tapiz de la historia y la creatividad humanas. Cada objeto coleccionado es más que una simple posesión; es un testamento a nuestra fascinación por el mundo que nos rodea y nuestra dedicación a preservar su riqueza para las generaciones futuras. En un mundo en constante cambio, el coleccionismo nos ofrece una forma de mantener viva la llama de la admiración y el asombro, recordándonos la importancia de valorar y celebrar nuestro pasado mientras miramos hacia el futuro.
Tipos de coleccionismo y sus precios.- El coleccionismo es una afición que abarca una amplia gama de categorías, desde objetos antiguos y arte hasta juguetes y artículos deportivos. Productos de numismática y filatelia como pueden ser las monedas, los billetes, las medallas, los sellos u objetos postales. Obras de arte ya sean pinturas o esculturas. Antigüedades como muebles, vajillas o joyas. Fotografías antiguas, imágenes históricas o cámaras fotográficas vintage. Juguetes como figuras de acción, trenes en miniatura o juegos de mesa. Coches clásicos, motocicletas vintage o bicicletas antiguas. Carteles u objetos relacionados con la publicidad como bolígrafos, llaveros o chapas. Libros, manuscritos, comics o cromos. Vinos y licores como whisky, coñac u otras bebidas de alta calidad y antigüedad. Minerales, gemas y fósiles. Vinilos, cd´s o instrumentos musicales antiguos. Productos relacionados con la tecnología como pueden ser ordenadores o videoconsolas y videojuegos vintage… Estos son solo algunos ejemplos, pero hay muchos nichos de coleccionismo dependiendo de los intereses individuales de las personas.
En cuanto a los precios de los artículos coleccionables, pueden variar significativamente según diversos factores, como la rareza, la demanda, el estado de conservación y la historia del artículo en cuestión. Algunos de los artículos coleccionables más caros y buscados incluyen sellos raros, monedas antiguas, cómics, cromos, juguetes vintage, arte, relojes, automóviles clásicos y objetos relacionados con celebridades. Los precios de estos artículos a menudo se establecen en subastas, donde los coleccionistas y entusiastas compiten por poseerlos.
En los últimos años, el mercado de las criptomonedas también ha influido en los precios de algunos artículos coleccionables, especialmente en el ámbito del arte digital y los NFT (Tokens No Fungibles). Los NFT permiten la propiedad digital única y autenticada de obras de arte, videos, música y otros medios, y han creado un nuevo mercado para los coleccionistas digitales.
Es importante destacar que los precios de los artículos coleccionables pueden fluctuar y que la inversión en estos objetos a menudo implica un alto grado de especulación. Además, la autenticidad y el estado de conservación son aspectos cruciales que afectan el valor de cualquier artículo coleccionable. Si está interesado en invertir en artículos coleccionables, es recomendable hacer una investigación exhaustiva y, si es posible, consultar a un experto en la categoría específica en la que está interesado.
El coleccionismo en el ámbito psicológico.- El coleccionismo puede ser visto desde diversas perspectivas psicológicas, ya que implica una variedad de motivaciones, comportamientos y emociones.
Entre las motivaciones psicológicas podríamos destacar la satisfacción emocional y sentimental que sienten a menudo las personas a la hora de coleccionar objetos que pueden tener significados y recuerdos asociados que generan emociones positivas. El acto de coleccionar puede brindar una sensación de control en la vida. Las personas pueden sentirse seguras y en control al tener una colección organizada y en constante crecimiento. Las colecciones pueden ayudar a definir la identidad de una persona y los objetos coleccionados pueden reflejar los intereses, valores y personalidad del coleccionista. Al coleccionar, las personas a menudo se sumergen en la búsqueda de información sobre los objetos de su interés, lo que puede proporcionar un sentido de logro intelectual.
En cuanto a los comportamientos relacionados con una colección, en algunos casos, el coleccionismo puede volverse obsesivo, llevando a comportamientos compulsivos donde la persona siente una necesidad incontrolable de adquirir más objetos para su colección. Algunas personas coleccionan para competir socialmente, tratando de superar a otros coleccionistas en términos de rareza o cantidad de objetos en su posesión. Asimismo, para algunos, el coleccionismo se convierte en una forma de inversión financiera. Las personas compran objetos con la esperanza de que aumenten de valor con el tiempo.
Respecto a los problemas relacionados con el coleccionismo, algunas personas pueden llegar a sufrir de un trastorno llamado “síndrome de acumulación compulsiva”, donde el coleccionismo se vuelve patológico y afecta negativamente su calidad de vida. El coleccionismo excesivo a veces puede conducir a dificultades en las relaciones interpersonales, ya que la obsesión por la colección puede llevar a descuidar otras áreas de la vida, como las relaciones familiares y laborales. Igualmente, la incapacidad para adquirir ciertos objetos deseados puede llevar a frustración y estrés en algunos coleccionistas. En algunos casos, las personas pueden usar el coleccionismo como un intento de llenar un vacío emocional en sus vidas, lo que puede llevar a una insatisfacción continua.
En definitiva, el coleccionismo puede ser una actividad gratificante y significativa para muchas personas, pero también es importante estar atentos a las posibles implicaciones psicológicas y emocionales asociadas con esta práctica. Si alguien está experimentando problemas significativos relacionados con el coleccionismo, es aconsejable buscar la ayuda de un profesional de la salud mental.
¿Te gustaría comenzar a coleccionar?.- Si nunca has coleccionado nada y te emociona el poder comenzar algún tipo de colección, vamos a darte una serie de pautas a seguir. Puede ser una experiencia muy gratificante.
En primer lugar, debes encontrar tu pasión, y vamos a poner como ejemplo que son los juguetes. Decide qué tipo de juguetes te interesan más. Pueden ser figuras de acción, muñecas, coches o motos, juegos de mesa, etc. En segundo lugar, investiga sobre el tipo de juguetes que te interesan, aprende sobre marcas, ediciones especiales y características que hacen que ciertos juguetes sean valiosos y codiciados por los coleccionistas. En tercer lugar, establece un presupuesto realista para tus compras y no te excedas, la diversión de coleccionar no debería llevarte a problemas financieros, comienza comprando juguetes en buen estado pero a un precio asequible, ya sea en tiendas de segunda mano, tanto físicas como online, o mercadillos como el Rastro de Madrid. En cuarto lugar, almacena y cuida tus juguetes correctamente para mantener su valor, guardando sus cajas y embalajes originales si es posible. En quinto lugar, puedes contactar con otros coleccionistas para aprender más, intercambiar experiencias e incluso intercambiar artículos. En sexto lugar, lee blogs, mira videos o busca información de coleccionistas que puedan ayudarte con sus consejos y a poder descubrir objetos o juguetes que no habías contemplado. En séptimo lugar, ten paciencia, la construcción de una colección significativa lleva tiempo, no te apresures ni te desanimes si no encuentras lo que buscas de inmediato. Y en octavo y último lugar… ¡Disfruta del proceso! La verdadera alegría de coleccionar está en la caza y el descubrimiento. No te obsesiones demasiado con el valor monetario, la conexión personal con tu colección es lo que realmente importa.
Recuerda que coleccionar es una pasión, así que asegúrate de disfrutar del viaje y diviértete mientras construyes tu colección. ¡Buena suerte y que encuentres muchos tesoros en tu viaje como coleccionista!
Pedro Lozano, doctor en Bellas Artes
“Soy coleccionista desde que nací”
Casi todo el mundo, desde que somos pequeños en el colegio, hemos coleccionado cosas, por ejemplo cromos, ya sean de fútbol, de películas o series de televisión, de pokémon… es decir, de alguna manera todos por el mero hecho de jugar e interactuar entre nosotros como niños, el cambiar algún cromo repetido, el buscar el que no tenemos… en definitiva, el tener un objetivo de completar una colección. “A mí no me gusta el fútbol y coleccionaba cromos de futbolistas, por el simple hecho de completar algo o de jugar con mis amigos a los cromos; al montón, a la banca, a deslizarlos por la pared y que cayeran boca arriba o boca abajo… y llegas al coleccionismo a través de una especie de juego”, señala Lozano.
De siempre, indica, “mi familia y yo hemos sido coleccionistas, que con el tiempo cada uno hemos desarrollado más o menos la actividad o la hemos focalizado en algo más concreto”.
El coleccionismo se va desarrollando o no, y, asimismo, podríamos decir que existe un coleccionismo como más “friki”, que está bien, y otro que es sistematizado y que lleva un orden. “Para mí el coleccionismo es organizar el espacio y el tiempo, es una manera de descubrir cosas. Por ejemplo, mi colección más conocida es la de los juguetes, pero yo colecciono desde que era pequeño insectos, y tuve una época que me los empollaba, los clasificada y demás”, explica Lozano.
Para Lozano el verdadero coleccionista es alguien que sistematiza y reflexiona ante lo que hace en su proyecto, aunque “todos tenemos un poco ese punto de Diógenes”.
Además de los insectos, colecciona prácticamente de todo, de hecho, ahora está muy interesado en la fotografía del siglo XIX en Ciudad Real, pero no la fotografía típica de edificios que ya no existen o como estaban las calles antes, sino de personas, de ver como era la gente antiguamente, como iban por la calle, como vestían, etc.
Pero su pasión de verdad es la del mundo del juguete, de hecho, es muy conocido por su gran colección de muñecos Madelman “Lo pueden todo”. Y toda esa pasión llegó cuando, estando realizando su carrera universitaria, una de sus hermanas le regaló, un poco en plan de broma, dos Madelman, que había sido su juguete preferido de pequeño. “Es el regalo que más ilusión me ha hecho en la vida, y además ni me lo imaginaba, fue como un viaje en el tiempo”, indica Lozano.De hecho, estos juguetes sacaron su lado inspirador, de creación, de echar a volar su imaginación… “las habilidades que he desarrollado de mayor han sido gracias a eso, me sirvió mucho para mi trabajo como diseñador”.
A raíz de ahí, Pedro Lozano comenzó a buscar en tiendas de Madrid para hacer su propia colección, de una manera tranquila y dentro de sus posibilidades, ya que, ve un error el que la gente compre de manera compulsiva.
Su gran sueño hecho realidad.-A principios de la década de los 2000, la desaparecida empresa valenciana “Popular Juguetes” decidió reeditar todos los juguetes de su generación y, Pedro Lozano, que en aquel momento era diseñador de muebles, les mandó un prototipo de un Madelman paracaidista que se llegó a fabricar y vender en el Corte Inglés. Tras esta toma de contacto, el Grupo Planeta se interesó por los conocimientos de Lozano para la reedición de la colección de Madelman de Altaya y, tras una entrevista y presentarles un plan de obra, elaboró la colección entera. “Estuve trabajando para Altaya, actualmente del Grupo Planeta, casi tres años, elaborando la reedición de los muñecos la colección así como los accesorios como el jeep, trino…, además todas las fotografías de los fascículos y los textos. Ha sido el trabajo y el sueño de mi vida”, concluye.
Dudas, a veces serias, de un coleccionista que no lo es
Dice la RAE que coleccionista es una “persona que colecciona”. Me parece que no es mucho decir por parte de gente que sabe tanto. Por eso busco coleccionar: “Formar colección de algo”. Sigo en blanco. Veamos colección: “Conjunto ordenado de cosas, por lo común de una misma clase y reunidas por su especial interés o valor. Colección de escritos, de medallas, de mapas”.
He buscado estas definiciones para aclararme a mí mismo si soy coleccionista o no, porque en verdad en verdad os digo que no me veo como tal. Y sin embargo durante años he coleccionado (o creía que estaba coleccionando) una gran variedad de cosas.
¿He tenido o tengo, en algún lugar o sitio, un conjunto ordenado de cosas, por lo común de una misma clase, y que tengan especial interés o valor? Pues puede que sí, o puede que no. Veamos. Empecé a juntar latas de colorines, grandes y chicas, como esas que tienen galletas, o bombones, pero como ocupaban mucho espacio tiré la mitad, me quedé con las más pequeñas, y ahí están de espetera. ¿Cuántas? Seis, ocho…, poco más. ¿Soy un coleccionista de latas? La RAE no dice nada del número necesario.
Lo mismo me ocurrió con unas botellitas minúsculas de bebidas con su marca correspondiente, imitando a las originales, (Veterano, Anís del Mono, Martini), empecé a comprarlas, a reunirlas por su interés (de valor, nada), pero al final apenas pasé de la docena. Ahí están envueltas en polvo con las latas.
Y otro tanto me pasó con la compra, montaje y decoración de maquetas de aviones. Llegué a reunir más de veinte, pero entre quitarles el polvo, no tener sitio donde ponerlos, que se perdían los trenes de aterrizaje o se cascaban las hélices o los motores, terminaron todos en una caja de cartón y, años después, tras recorrer varias estanterías, dieron con sus huesos en la basura.
¿Seré tal vez un mal padre para mis colecciones? Quizá no del todo, porque no hace mucho terminé, por fin, la colección completa de los álbumes de Asterix. Claro que era una colección que nunca me había propuesto hacer, pero al ir comprando aquí y allá, al recontar y releer, me quedaban pocos que adquirir, así que me dije: voy a completar la colección. Y ahí está. ¿Pero espero con ansia que salga un nuevo álbum para seguir coleccionando? Pues la verdad es que no. Mejor que no salga.
Lo mismo me ocurre con otras coleccione de tebeos, o libros, las cuales las tengo a medias, sin decidirme a si las termino o no, entre otras cosas porque se han ido formando solas, sin que yo haya decidido que han de estar completas.
A lo mejor es que en lugar de ser coleccionista soy semicoleccionista (o sea, un cacho sí, otro no), o, en plan deportivo, amateur en lugar de profesional. De todas formas, lo peor de todo, es que la RAE no me ha resuelto la papeleta y eso sí que me duele, porque tengo una férrea fe en su sabiduría y trabajo y, la verdad, me siento muy defraudado con ellos por no saber decirme lo que soy exactamente cuando junto cosas. (Firmado: Fidel Torres)
Texto: Juan Diego García/Ayer&hoy. Fotos: Pixabay/Ayer&hoy/Pedro Lozano