Un centro moderno y adaptado a la escuela del siglo XXI con un gran poso de historia
La Facultad de Educación de Ciudad Real de la Universidad de Castilla-La Mancha cumple su décimo aniversario desde que fuera catalogada como tal, una petición largo tiempo esperada para equipararse con otros estudios universitarios superiores después de unos 50 años siendo Escuela Universitaria de Formación del Profesorado de EGB, conocida como Escuela de Magisterio, primero adscrita a la Universidad Complutense de Madrid y, en 1985, integrada en la recién creada UCLM.
Sin embargo, años atrás, siglos quizá, la formación de maestros y maestras en la provincia de Ciudad Real ha tenido una historia, larga historia, más o menos acertada, pero sin duda merecedora de un estudio o una profusa investigación, como siempre ha indicado el que fuera primer decano de la Facultad de Educación y director de Magisterio durante muchos años, Emilio Nieto López.
La actual decana, Rosario Irisarri, considera que el paso de Escuela a Facultad permitió poner en el mapa al centro de Ciudad Real, cuando ya quedaban pocas escuelas de Magisterio en nuestro país. Siendo facultad, añade Irisarri, se ha mejorado la dimensión investigadora del centro, se han aumentado las expectativas de la formación inicial del profesorado en Castilla-La Mancha y, especialmente, se ha garantizado una formación superior cualificada centrada en la escuela del siglo XXI, “una escuela con nuevo perfil de maestros, metodologías, gestión de los colegios y retos como la diversidad o la igualdad”.
Nada tienen que ver, por tanto, aquellos alumnos y alumnas del siglo XIX de la Escuela Normal de Maestros y de Maestras de Ciudad Real a los egresados de hoy día, como tampoco sus sociedades.
Sucintamente, cabe recordar que la primera escuela de maestros de Ciudad Real se crea en 1842 en base al liberalismo reinante que promovía una educación para la libertad del individuo, en 1860 se constituye la Escuela Normal de Maestras. Entre otras ubicaciones, ocuparon algunos conventos desamortizados, como el de San Juan de Dios o San Francisco, pero la Normal de Maestros también estuvo en el edificio de la plaza del Cristo de la Piedad, y la de Maestras en el edificio de la familia Notario, junto a la anterior Casa de Cultura de Ciudad Real, entre otros lugares. Como nos cuenta Vicente Palomares, “llegó 1970 con la Ley General de Educación y por fin tenían un edificio propio construido en la Ronda de Calatrava número 3 (emplazamiento actual) que comenzó con problemas arquitectónicos. La Escuela Universitaria de Formación del Profesorado de EGB, que así se la llamó, tenía la enseñanza mixta de sus alumnos. La coeducación fue un hecho total en el curso 1977/78 en el que alumnos y alumnas asisten a las clases juntos”.
En la actualidad 1.087 estudiantes universitarios cursan estudios en la Facultad de Educación de Ciudad Real, la mayoría chicas y en el grado de Educación Infantil especialmente (la tradición indica que siempre ha habido más alumnas que alumnos). El Claustro de Profesores es de 88.
Entre sus más conocidos programas está el de prácticas de alumnos en los campamentos de refugiados saharauis, una experiencia enriquecedora, de crecimiento personal y profesional, por el que han pasado ya más de 800 alumnos. Como bien refiere la decana de Educación, “estamos muy satisfechos de poder formar en esta vertiente al futuro profesorado de Primaria e Infantil, nos sentimos muy afortunados al tener la posibilidad de enviar al alumnado de 4º curso a intervenir educativamente a los campamentos, además estamos realizando una labor de cooperación humanitaria muy importante”.
La Facultad de Educación es un centro moderno donde no solo se acogen alumnos de Grado para Educación Infantil y Primaria sino también de máster y becarios de investigación, además de profesorado visitante.
La transición de Escuela a Facultad en 2010 “no fue fácil. Tuvimos que hacer un gran esfuerzo de adaptación en cuanto a planes de estudios, plantilla de profesorado, gestión; y todo ello en coordinación con las otras facultades de educación de la UCLM”, recuerda Rosario Irisarri que añade que se han ido ampliando los recursos, adaptando aulas pero aún es necesario que se siga renovando el centro dotándolo de seminarios de estudios para los alumnos, una mejor aclimatación de algunas aulas y el cambio de mobiliario.
Difícil y duro por último ha sido, según Irisarri, reprogramar un curso en pleno cuatrimestre debido a la pandemia de covid-19. “Hemos asumido el reto y el profesorado ha respondido muy bien. Estamos atendiendo a los estudiantes en cuanto a sus clases formativas y sus necesidades técnicas. Debemos afrontar un inicio de curso complicado y aún hay que pensar en adaptaciones de espacios, metodológicas docentes y logísticas de gestión y organización; pero estamos en ello y haremos las aportaciones que podamos con los recursos que tenemos en el Centro para comenzar el próximo año académico con la suficiente solvencia. Será difícil pero no imposible”, concluye.
Texto: Ayer&hoy y Vicente Palomares en la parte histórica
Fotos: Facultad de Educación, Vicente Palomares, Vida Manchega